2018-05-07 20:17
Me compré
este libro en la caseta de la editorial PG en la feria del libro de Granada, donde a pesar de estar en esa situación en la que ya tengo más libros físicos y electrónicos de los que nunca podría leer, siempre hay alguno más que puede llamar la atención. Y este es novela negra, y se ve que estoy en esa fase.
El planteamiento inicial es interesante: pareja a la que el coche deja tirada en una carretera perdida, lugareños amistosos pero un tanto extraños, pueblo que se encuentra detrás de un vertedero. Y la mujer desaparece. Álvaro, cineasta de poco éxito, se pone a buscarla y se encuentra una extraña sociedad dominada por un cacique y donde, al parecer, hay unas extrañas cacerías.
Todo lo que he contado hasta ahora suena a tópico. Muy poco de lo que he contado hasta ahora es tópico de novela negra.
Normalmente, muchas novelas parten del tópico para darle alguna vuelta y acabar por sorprender al lector.
La novela negra también suele sorprender de muchas formas diferentes. Aunque siempre hay algo en la sociedad que el "detective" en sentido amplio quiere resolver, la resolución, la motivación del detective, la forma como el detective se redime y por supuesto la sorpresa en la resolución de toda la trama es lo que la hace interesante. Lo decía Dashiell Hammet, no hay nada que diferencie una novela de detective de serie B de una que tenga calidad literaria. Los tópicos, los temas, los personajes, son los mismos. Es la forma de expresarlos y la forma de engarzarlo todo lo que le da calidad.
Y el problema es que no hay nada de eso en esta novela, que para empezar ni siquiera es novela negra, sino una novela de horror urbano. No hay redención, no hay evolución del personaje o personajes ni conocimiento, no hay justicia.
Pero el final es lo que sorprende por absurdo. Cierra la trama principal en falso y ofrece una salida que ni es salida ni agrada por chocante, simplemente choca por chocante.
Lo que no quiere decir que como novela de horror no tenga sus buenos momentos. El ambiente está bien logrado, los personajes y diálogos, sobre todo los de los secundarios, dan realismo y qué menos se puede pedir a una novela de horror.
Bueno, se le puede pedir que no se venda como novela negra. Así que la salvamos del suspenso pero por muy poquito. Dos estrellas con seis.