2003-08-31 00:17
Este es un
libro (
entrada en CyberDark) que lleva en the pila tanto tiempo, que ya ni me acuerdo. La fecha de portada todavía es más antigua: editado en 1986, pero es traducción de una obra escrita en 1940 y revisada en 1968. Una antigualla o un clásico, según se mire. El argumento va de lo siguiente: los
slan, unos superhumanos telépatas con otra serie de poderes físicos, son perseguidos y exterminados por los humanos, que los temen y odian. El mundo, además, está gobernado por un dictador, Kier Gray, que mantiene a los humanos en la pobreza, no está muy claro por qué, salvo por el hecho mismo de la dictadura.
Jommy Cross, un slan, va con su madre a la "ciudad", pero inmediatamente son atacados, se queda solo, y acaba con una vieja loca, Granny, que lo cuida a la vez que lo explota. Mientras tanto, trata de aprender a seguir la misión de su padre, que era devolver a los slan a su justo lugar. Un guión de lo más clásico, ¿no?
A lolargo del camino, va creciendo, descubriendo más mutantes (los slan sin tentáculos), haciendo avances científicos, y acaba siendo el masca de todo el cotarro.
El argumento es bastante convencional, pero supongo que no se podrá pedir mucho más a una novela escrita en los 40. Corresponde, más o menos, a una
space opera, pero con poco space y algo más de opera. Hay aventuras, peleas, escapes en el último momento, uso de armas sofisticadas con explicación técnica más o menos pachanguera, chicas fuertes y enamoradizas, en fin, la gama completa. Por eso mismo, resulta entretenida, pero los personajes están un tanto estereotipados, y la ciencia tampoco es demasiado hard; aparte de que el ambiente general tampoco está demasiado conseguido: las ciudades se describen con cuatro pinceladas, la situación de la gente también, pero fuera de los cuatro personajes principales, poco se deja adivinar.
Al parecer, ha tenido una gran influencia en la ci-fi posterior; de hecho,
Mutante, de Henry Kuttner, se le parece bastante (al menos, por lo que recuerdo, porque la leí hace quizás veinte años).
En resumen, una lectura veraniega entretenida, por si no se tiene a Emilio Salgari a mano.