2003-08-31 15:08
Desvíos y extravíos, o todos los caminos conducen a las (inexistentes) hienas
En ese momento, pensaba apuntar en una eventual hoja de sugerencias lo siguiente: cambiar los osos por un sargento de carabineros, un puerro y un trolebús, de diferentes colores, eso sí, a ver si así se aclara uno.
Pero bueno, como también había indicaciones con los animales, seguimos la que ponía "hienas". Las hienas son animales traicioneros, bien nos lo dice Disney, que en la fresquera esté. Por eso las puñeteras se entretuvieron en no aparecer.
Tras las (no) hienas, el dilema "¿Lobos o leones?. Lobos, lobos, digo, qué bichos más simpáticos". En la lobera había un pequeño follón: uno de los lobeznos, o lobatos, había capturado algo, lo disputaba con sus hermanos, lo escondía, los mayores acudían, no se sabe muy bien si a exigir el impuesto paterno o a poner orden; mucho movimiento, sin aullidos, muy entretenido, la verdad.
Tras los lobos, los leones. Pero hete aquí que el camino estaba interrumpido por otros antílopes, pécaris zampándose bollos de pan, que como se sabe crecen libremente en la selva amazónica, unos cerditos muy simpáticos ("¡El cerdito amigo de güinidepú!"); pero desde allí no se podía subir con el coche a los leones porque era dirección prohibida.
Siguiendo para abajo (había unos antílopes por el camino, pero a esas alturas ya los antílopes nos traían sin cuidado) acababa uno en donde los elefantes, marrones, que no grises, supongo que a resultas de echarse la tierra del lugar con la chepa ayudándose con la trompa. Pero ya estábamos lejos de los leones. Así que preguntamos a un guarda que, por cierto, creo que era el primero que veíamos. Siguiendo sus instrucciones, llegamos a una encrucijada con dos fechas ortogonales (ortonormales, más bien), ambas con la indicación "leones".