2003-09-17 20:12
Hace poco vi un anuncio, que no he vuelto a encontrar, de una compañía de móviles española, donde anunciaba melodías para el móvil personalizadas; pero no en el sentido de que te puedes bajar la melodía que te dé la gana, sino que, una vez elegida la melodía, puedes cambiar el ritmo, y el estilo, y escuchar, por ejemplo, lo de los
chopitos a ritmo de reggae o de trash metal.
Eso me trae a la memoria un par de las atalayas pasadas, sobre
la personalización masiva y sobre
el futuro de la industria discográfica; ahí mencionaba también que parte de sus ingresos vendrían por la vía de la personalización. Una opción es, claro, tener a alguien en una discográfica que le escriba a uno la canción que le apetezca, como hacía aquél hombre en
AOL que escribía novelas en un minuto, o lo que hicieron en una época
They Might be Giants: una línea de teléfono con canciones nuevas cada día, llamada Dial-a-Song (grupo que me encanta, por cierto). Pero para personalizar masivamente canciones, hacen falta herramientas automáticas.
Hasta cierto punto, ya existen: programas de ordenador que te convierten en un DJ; creo recordar que David Bowie (otra vez) sacó un programa que te permitía hacer tus propias mezclas de sus canciones. ¿O fue Mike Oldfield? En cualquier caso, haría falta un software que, usando un interfaz amigable, quizás tipo DVD, te fuera preguntando cosas y te permitiera mezclar tus propias canciones a partir de sonidos y letras preexistentes.
Ahora mismo, tal cosa es una rareza, pero quizás en el futuro se convierta en la forma más normal de sacar algo. Hoy es normal encontrar un EP con 4 versiones de la misma canción, pero ¿y si se sacan las canciones en forma de programa que te permita mezclar sonidos como quieras y crear el tuyo propio?
Pues que se pirateará, como se piratea cualquier otro programa. Pues sí y no; por ejemplo, el servicio que da la compañía de móviles de personalización de melodías no se puede piratear: está en su servidor, y tú pagas por su uso; quizás más que si simplemente te bajas el tono, porque estás más tiempo. Las discográficas podían hacer disponible el servicio de la misma forma: a través de un sitio, con suscripción de pago, que te permita acceder a sonidos inéditos, crearte tus canciones, y bajarte las canciones una vez creadas. Una vez hecho, ya puedes hacer lo que te dé la gana con ellas, pero la discográfica se habrá llevado su parte.
Una vez más, el dinero está en proporcionar herramientas para crear, más que en dejar que la gente consuma lo que producen otros.