2003-10-20 18:27
Esa parecer ser la conclusión de las
jornadas Infancia e Internet, presentada ayer en el suplemento Ariadna de El mundo, y reflejado en la multi-bannereada página de la asociación de internautas. No sé si eso supondrá una especie de aprobación implícita, pero ahí está, de todas formas. Entre otras cosas, dicen esto:
Nadie ve los parques de las ciudades y plazas de los pueblos como lugares peligrosos para los niños, son sitios fantásticos para su recreo. ¿Pero dejaría a sus hijos solos en mitad del gentío? Pues Internet es como un parque grande. Ni más ni menos peligroso que la plaza de cualquier pueblo. Ésa es, al menos, la conclusión de los expertos.
Aparte de recordar
lo de las tecnologías de filtrado y lo de las
metáforas, incluso quedándonos con la metáfora usada, cuando un padre vigila a los niños en el parque no está encima de su chepa mirando en qué columpio se monta, y dándole instrucciones sobre el tema; entre otras cosas, porque si tiene más de uno, es imposible. Normalmente está leyendo el periódico, o charlando con los otros padres que hay en los alrededores, y manteniendo una vigilancia periódica, pero no estricta. ¿Hay un equivalente en internet?
Pues no. Una vez más, salvo que limites mucho el tiempo, y pongas turnos estrictos a cada miembro de la familia, es imposible. Una cosa es vigilar lo que se ve en la tele (que está allí enfrente, que uno la oye, que se ve cuando cambian de canal, y otra vigilar cada página que se visita.
Pero lo peor no es eso. Lo peor es que estos
expertos confunden la internet con la web, y por lo tanto, "estar en la internet" significa navegar. Lo más probable es que si sus hijos tienen un móvil tengan WAP, y por tanto puedan acceder a internet desde donde y cuando quieran (otra cosa es que sepan o quieran hacerlo, pero poder, pueden). ¿Van los padres a acompañarlos cada vez que se metan en Internet desde el móvil? Pero además, si el chaval es medianamente espabilado, lo más probable es que conozca el IRC, los programas de mensajería instantánea, los programas de intercambio de ficheros... ¿Es que acaso se pide que los padres le lean el correo electrónico a los hijos? ¿Alguien en su sano juicio diría "la correspondencia es como el mundo real: hay que vigilarla, y abogaría por una apertura sistemática de la correspondencia y postales recibidas por los niños?
En fin, que los niños son criaturitas del señó, y sí, hay mucha gente mala ahí fuera, pero los padres no pueden (o podemos) covertirse en ciberpolicías, primero por falta de tiempo material, y segundo, por falta, quizás, de habilidades. Y, por último, porque quizás no sea lo más adecuado para el niño/niña.
Recordáis
aquel episodio de Friends donde Phoebe descubre como terminan todas las películas que no había podido ver terminar en su niñez. ¿Os imagináis un niño al que sus padres acompañaran a navegar por la web, y solo navegar, todo el tiempo, cuando descubriera el correo basura?
Hey, un señor muy amable de Nigeria quiere ofrecerme un millón de dólares. ¡Qué guay! Pos hala, lo aceptaremos... (Sí, vale, es un mal ejemplo...)