2003-11-19 20:29
Bruselas es una ciudad de funcionarios. No es que no esté bien, es que, a veces, ese espíritu funcionarial se refleja en todo: en las calles, en los carteles de las estaciones, en los bares.
Claro que el espíritu funcionarial es difícil de definir. Es un poco hago las cosas así y no me planteo hacerlas de otra forma, echo mis horas y punto, eso no es mi problema... Por eso, a veces a las 8 de la tarde es complicado encontrar un bar donde echarse una birra al coleto. En algunas zonas, directamente imposible. Por eso, supongo, la señalización en el aeropuerto, estaciones de tren y metro es la necesaria para que uno salga del avión y acabe, sin maleta, en Motilla del Palancar. O quizás por eso los tranvís y metros no siguen los recorridos más lógicos, sino que están planificados para que uno tenga que hacer tres transbordos para ir a la vuelta de la esquina. O quizás por eso el tranvía va por debajo del metro (¿Será que es un metro ligero?.
Afortunadamente, los belgas lo suplen con su amabilidad natural. No pasa nada si a la entrada del tren que va del aeropuerto a la ciudad, doscientos cincuenta turistas en treinta y siete lenguas diferentes (algunas de ellas muertas) preguntan si el tren para también en la estación Central (aparte de la Zuid o Midi, que es la que está indicada en el panel en el andén). Ellos te contestarán con una sonrisa.
Si vas en coche, el panorama de amabilidad cambia un tanto. Los belgas tienen fama de ser los peores conductores de Europa (y eso que portugueses, españoles e italianos tienen el listón muy alto). Aunque no he tenido ocasión de comprobarlo, sí es cierto que son los que más pitan. Ahora mismo están pitando. Hace un rato, incluso más todavía. Igual es un método de comunicación funcionarial que ignoro.
También lo suplen con su cerveza, o sus cervezas; dicen que hay un tipo de cerveza por cada ciudad belga (suertudos ellos, porque antes había un tipo de cerveza por cada provincia española y hoy pertenecen casi todos a las multinacionales). Stella ligera, Leffe con más cuerpo, Kriek con sabor a frutas (o a jarabe, según se mire), Mort Subite para pillar el colocón directamente.
De algunos de esos tipos daremos cuenta adecuadamente esta noche, mientras visionamos el Noruega-España, y en la posterior celebración (probablemente en un bar español).
Seguiremos informando.