2003-11-21 01:37
Supongo que el espíritu carpetovetónico es un tanto gregario; por eso, cuando algún suceso moviliza el fervor patrio, es mejor compartirlo.
Así que si se encuentra uno en tierra
funcionarial y extraña, y sucede un Noruega España, donde nos jugamos lo de la novena potencia mundial, el déficit presupuestario, las plazas de soberanía del norte de África, y, porqué no decirlo, el prestigio nacional, hay que dirigirse a un sitio donde a) se pueda ver efectivamente el partido, b) se pueda hasta hacer la ola si uno se lo propone, y c)se pueda tomar uno una tortilla de patatas, por aquello de la morriña (unas pipas también hubieran estado bien, pero no encontramos).
Tal sitio es
La Bodeguilla, que literalmente lo es, una bodeguilla, y donde se puede hacer todo eso, y además tomar una Mahou (y que está en la rue Archimede, cerca de Berlaymont, metro Schumann).
Allí, efectivamente, se juntó una parte considerable de la comunidad expatriada, mayormente funcionarial, para ver, en un canal portugués, el Noruega-España.
Lo de ver, a veces, era un decir; en la geodésica entre mi cabeza y la tele se juntaban, cuando no otras cabezas, una bola con facetas de cristal tamaño maxi de luxe de esas que se encontraban a veces en las discotecas de pueblos con un concepto peculiar de lo
moenno, y que resultaba, entre otras cosas, totalmente incongruente. Además, la tele se encontraba a una distancia tal que apenas se podían distinguir a los jugadores rubios de los morenos, pero daba igual, porque el ambiente lo suplía.
Y un gol de Raúl, y aplausos. Cantada de un defensa noruego, gol de Vicente, y aplausos. El portero Johanssen se lesiona, y aplausos. Lo sustituyen por un clon suyo, y silencios. El clon bloquea a un stripper que, como hace mucho frío en esos pagos, va muy abrigado, y le roba el gorro de lana y se lo pone. Pues que no se hubiera metido.
Luego el portero tiene otra cantada, y mete el tercero de la tarde Etxebarria. Aplausos.
0-3. Misión cumplida.