2003-12-10 00:42
Hace ya un año que hablábamos aquí de
el fin de lo gratuito, y se podría decir que nos hemos equivocado, porque todavía, por la presente, se pueden hacer muchas cosas de gorra; por ejemplo, escribir en esta bitácora. Pero cada vez hay muchas presiones para dejar de hacerlo.
Hay dos tipos de personas en la Internet: los que dan un servicio, y los que lo usan. Los que proporcionan alojamiento, estructurado, por ejemplo, y los que usan ese alojamiento. Los que escriben en una página, y los que la leen. En fin, ya cogen la idea. Los primeros, se lo curran, y los segundos, a veces también, a veces simplemente usan los servicios.
Pero claro, los que se lo curran, y a veces, también ponen de su propio dinero, en algún caso, acaban hartándose. O bien su madre se harta de pagarle el ADSL, o la universidad de comprarlo, o simplemente, exceden los límites del servicio que, a su vez, tenían contratado, muriendo, como aquél que dice, de éxito. Eso le está pasando, por ejemplo, a
Cyberdark, un excelente recurso para los amantes de la ciencia ficción, que, a partir de cierta hora, pone que ha excedido el límite de descargas, y no puede seguir sirviendo páginas. U otro recurso que hemos usado los investigadores durante años:
ResearchIndex, donde se hace imposible hacer casi ningún tipo de búsqueda por sobrecarga del servidor. Y seguramente conoceréis otros muchos recursos.
Blogshares, una especie de bolsa donde se jugaba con las
acciones de weblogs, también ha cerrado (
vía fernand0). Y seguramente conoceréis muchos casos más: sitios populares, que tiran de alojamientos gratuitos o económicos, y que bien por falta de espacio o por exceder el límite de descargas, simplemente dejan de ser útiles (incidentalmente, hoy
Blogspot, el sitio de alojamiento de bitácoras, también está pajarito).
En algunos casos se debe a otro tipo de presiones; o, más bien, se pone como excusa ese tipo de presiones para que la gente se pase al modelo de pago. Hoy han dado la noticia de que cierra
Kazaa lite por presiones de los propietarios de KaZaA, que no quieren redes extrañas que se superpongan a las suyas;
Microsoft cerró sus salas de chats gratuitas en Europa.
Lo curioso son las exigencias que tienen ahora algunos sitios:
MiArroba exige ahora
un mínimo de visitas, muchas listas de correo exigen un mínimo de mensajes (uno cada tres meses, por ejemplo), y los dominios gratuitos redirigidos (como los de
Tokelau) exigen también que se usen un mínimo de veces para seguir activos. Se trata de evitar
usuarios zombies, esos que antes no importaban porque venían a engrosar el número de usuarios de un sitio, que se vendía como su mayor activo, ahora estorban si se quedan ahí sin hacer nada.
¿Qué está ocurriendo? Seguramente, que el "usuario" ya no se cotiza como antes: la información que se puede extraer de él, el porcentaje de paso a servicios de pago, y el simple hecho de tener más o menos usuarios ya no sirve para nada. Solo cuenta la pela, si un usuario no rinde, ya lo puede partir un rayo, se le pega una patá en el culo, y adiós muy buenas. La publicidad, aunque
tiene síntomas de crecimiento, todavía no permite rentabilizar cada visita de la forma que se hacía hace unos años.
¿Qué pasó con el viejo espíritu de compartir y todo eso? Pues pasó como en el juego del
dilema del prisionero: si me ayudas, yo te ayudo, si te chivas, yo me chivo. Si das dinero a la empresa, fenómeno, si no lo das, se acabó lo que se daba.
Es triste, pero es así. Afortunadamente, no en todos los casos, y todavía hay
gente que hace cosas de forma altruista. Así que gracias.