2003-12-11 16:14
De vez en cuando, no está mal asistir a un partido de fútbol profesional; y si no quieres que te repercuta de forma importante en el bolsillo, un partido de segunda división es la mejor opción. Como además tengo lazos familiares y genéticos con Cádiz (y, en todo caso, los gaditanos pueden nacer donde les dé la gana, y los cadistas más todavía), pues alla que me fui al fondo norte a ver el Cadiz-Eibar, partido de máxima rivalidad, en juego los puestos de ascenso de segunda división.
No sé si el Cádiz es más que un equipo, pero en todo caso, esta es la que se lía en el fondo sur cuando sale al terreno de juego
El partido en sí no tiene demasiada importancia. Lo que importa son los olores, los gritos y los sonidos que proceden de las gradas. Olores humanos y de sustancias vegetales fermentadas o no siendo quemadas aspiradas y reemitidas, el crujido de decenas de mandíbulas partiendo pipas, y los aplausos y gritos (eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.... cabrón), y los uys y los goles seguidos de uy. Goles, en realidad, no hubo ninguno, el partido terminó en 0-0.
Pero bien que lo intentó Obairá y otros, como aquí, a la salida de un corner.
Y, sobre todo, Oli, aunque el esfuerzo de este consistió sobre todo en alzar mucho los brazos y decir "¡pásamela!¡pásamela!".
En fin, un partido de poder a poder, o sea que se limitaron a pegar muchos pelotazos parriba y pabajo. Es que la segunda división no es la primera... Y también con mucho de "lo que el ojo no ve"; por ejemplo, un delantero del Eibar abofeteando al portero y a un defensa del Cádiz en cuanto que se lanzaba un córner. Es el tipo de cosas que luego, cuando meten el gol, dices que se lo ha comido. Pero bueno...
Y lo dicho, hay que ir al fútbol una vez al año. Por lo menos.
Algunas otras crónicas dle partido en
Marca, en la
web del Eibar, en
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