2004-01-19 01:00
Lo malo de las estadísticas es que la gente va y se las cree. Igual eso es lo que le pasó a
Iberia cuando ofertó billetes a 8 € sólo disponibles en la web. Pensarían, total, cuatro gatos que tienen internet en España, y, además, lo vamos a hacer disponible viernes, sábado y domingo, que la gente no puede acceder desde el trabajo, nada, no creo que haya problema.
Sí lo hubo.
La web de Iberia estuvo prácticamente todo el día colapsada. No ya para la oferta, sino para cualquier otra cosa. Hasta las doce de la noche o así no logré ni siquiera que me dijera los vuelos disponibles para una fecha y recorrido determinado. También lo cuentan
El Correo Gallegoy, por ejemplo
El Comercio Digital.
Dejemos aparte el hecho de que fuera un truco para atraer a gente a la web de Iberia (que no era otra cosa), o para adquirir protagonismo
en vísperas de movimientos en Bolsa; ya se sabe que la Bolsa funciona más o menos como la música: lo que se escucha es lo que se compra, y hoy se ha anunciado que los expertos revisan al alza el valor objetivo de las acciones. También el hecho de que no sé si alguien, efectivamente, habrá sido capaz de conseguir uno de esos billetes para ir un miércoles a Logroño, sólo ida.
Vamos a lo que vamos: la web colapsada. Sigue colapsada hoy, y eso que ya se ha acabado la oferta. ¿Porqué se colapsa la web? En este caso, se colapsa porque
17000 personas tratan de acceder simultáneamente al sitio. Esas 17000 peticiones significan una petición a un sitio web, que a su vez se traduce en la ejecución de una
hebra en Java (la aplicación estaba escrita en Java, lo sé porque los errores indicaban nombres de clases en Java), que a su vez implica una o varias peticiones en una base de datos. Quienes habéis trabajado en Java sabéis que más de 100 hebras en un ordenador normalito es una locura, 1000 impensable, y 17000 hebras ni jarto vino. Por lo tanto, no creo que se llegara ni a la fase de petición a la BD. Pero en caso de que se llegara, tampoco es fácil manejar tantas transacciones juntas.
Ya se lleva algunos años oyendo lo de
potencia regulable; incluso puede que hayáis visto ese anuncio de IBM en el cual un ejecutivo que necesita más servidores llama por teléfono y le sueltan, en la cinta de equipajes de un aeropuerto, un mogollón. Bueno, pues parece que eso no funciona tan bien en la realidad. Al final, un sitio web depende generalmente de una serie de servidores, habitualmente replicados tanto en el
front-end (lo que ve el usuario) como en el
back-end (la que efectivamente ejecuta los programas), y, cuando se han acabado los recursos de todos los procesadores, se ha acabado. Sentimos no poder atenderle. Punto.
El truco, lo que ofrecen IBM y otras empresas, es virtualizar los servidores; igual que un sitio web es habitualmente un directorio dentro de un servidor que puede alojar cientos más, un megaservidor puede serlo también dentro de una megagrupo de servicios. Se puede alquilar una granja de servidores front/back end, y si hacen falta más, en una configuración de
alta disponibilidad, se van añadiendo. Hasta que, claro está, se acaban, pero, en este caso, supongo que será más complicado que se acaben.
También podía haber mejorado algo la cosa si, en vez de dejar que la gente buscara vuelos y demás, hubieran puesto los vuelos disponibles a ese precio, incluso en páginas estáticas, y uno hubiera pinchado, y largo. Pero supongo que, de esa forma, habrán tenido una prueba de fuego de los servidores, y, de camino, se habrá hablado el doble de Iberia en la prensa. O a lo mejor es que soy muy mal pensado.
Y si todavía se acaban, habrá que echar mano del resto de ordenadores de la Internet. Pero eso es otra historia.