2004-02-13 01:00
La blogosfera funciona como un
ecosistema. El equivalente de la energía solar sería la información que viene del exterior, de los medios de comunicación, y de los caletres de cada cual. La cantidad de información que proviene del exterior es, en principio, constante, lo que ocurre es que hay variaciones estacionales: en vacaciones no solo hay menos noticias, sino que la gente tiene menos gana de ponerse a cavilar qué diablos escribir en la bitácora; eso puede explicar que la cantidad de historias experimente ciertas variaciones estacionales. Hasta ahora no se notaban mucho porque quedaban ocultas por el aumento de historias debido al aumento de las bitácoras, pero empezará a notarse cada vez más.
A partir de ahí, se empiezan a crear historias. Los consumidores
primarios se alimentan principalmente de las noticias externas (y aquí incluyo a los que escriben cosas que se les ocurre a ellos mismos); serían algo así como los herbívoros. Lo que ocurre es que de estos no hay muchos, en realidad la mayoría la mayoría son un poco omnívoros: degluten igual la
hierba extra-blogosférica que la tierna carne procedente de otros congéneres blogosféricos.
Algunos, finalmente, los que están al final de la pirámide trófica, se alimentan exclusivamente de otros blogs. De estos grandes predadores, evidentemente, hay pocos, no en vano se llama pirámide. Cuantos
mas haya, a menos tocarán. Finalmente, alguno tendrá que desaparecer. El ecosistema no puede soportar más de una especie, o unas pocas.
Lo interesante de la analogía es que la temática de un blog se puede igualar a un nicho ecológico. También es interesante buscar qué nichos ecológicos se hayan sin ocupar (lo cual, habitualmente, no sucede en la naturaleza,
la naturaleza aborrece el vacío).