2004-02-24 01:00
Rara vez un anuncio resulta profético; sin embargo, un anuncio de telefonía móvil GSM, en el que se señalaba a un teléfono móvil analógico como "lo último en arqueología industrial" o algo así, sí lo ha sido. Ya te puedes
comprar en eBay, por 10 €, un Motorola analógico para Moviline, esos que dieron nombre a toda una tribu urbana, los
motorolos (y a una canción del último CD de los Nikis,
Borja el Motorolo).
A finales del mes de diciembre de 2003 se
han desconectado las antenas de Moviline (via
Barrapunto, también lo han mencionado en
El Mundo), el servicio pionero de telefonía analógica. Solo hace 10 años que nació, en 1994, y no ha llegado ni a la adolescencia. A lo mejor por eso no lo ha llorado nadie. Al fin y al cabo, también, es el ciclo de la vida tecnológica: cada tecnología lleva en sí el germen de la obsolescencia. No parece que se haya levantado un clamor popular solicitando su permanencia, luego, posiblemente, ya no lo usara ni el pastor aquél del otro anuncio.
Lo que nos podía decir Moviline es aquello de "Como te ves yo me vi, como te ves te verás". El GSM tiene también los días contados. Si existiera la metempsicosis tecnológica, diría que la telefonía analógica se ha reencarnado en el servicio UMTS, que acaba de lanzarse, más o menos por las mismas fechas. Y será ese UMTS el que entierre al GSM, si no lo hace antes el GPRS, el sistema de
segunda generación y media que ya campa en muchos teléfonos móviles.
Lo del cambio tecnológico está bien. Pero no se puede usar el cambio tecnológico sólo como motor de consumo. A estas alturas, muchos habrán pasado ya por su décimo teléfono móvil, y la mayoría por su tercer o cuarto (yo voy por el tercero).
Por suerte, hay
tecnologías que se niegan a morir (de lo que hablan también en
TechNewsWorld y
Slashdot). Entre ellas, la propia radio analógica, los relojes analógicos... y el FORTRAN. Afortunadamente, todavía no les ha pillado el toro del cambio tecnológico, pero que se vayan preparando. Sobre todo el FORTRAN.