2004-03-02 01:00
¿La tecnología provoca estrés? Esa fue la pregunta planteada en
esta historia de Slashdot. Las respuestas fueron variopintas. Casi todo el mundo estuvo de acuerdo que quien provocaba estrés eran los jefes, seguidos por los clientes, acompañados por los otros compañeros. La tecnología sólo era la herramienta usada para provocar ese estrés, aunque en muchos casos se trataba de algo tan simple como el teléfono.
También provoca estrés el
estar haciendo diferentes tareas a la vez. Además te vuelve tonto. Sobre todo si algunas de esas cosas son repetitivas y tediosas, y, además, estás preocupado por tu estabilidad laboral o sentimental o por la posición en la tabla del Atleti. Y los diferentes canales de comunicación posibles. Seguro que sois de los que hablan por teléfono mientras hablan por el Messenger a la vez que contestan un email y reciben un mensaje en el móvil.
El estar haciendo cosas que deberían estar completadas en el día de ayer, y, simultáneamente, ser interrumpido continuamente por muchos medios, provoca estrés, supongo. Esa es quizás la mayor diferencia provocada por la tecnología: no la tecnología en sí, sino la cantidad de posibilidades de comunicación e interrupción que provoca esa tecnología. También su ubicuidad; si tienes el móvil, y cometes el error de tenerlo encendido, te pueden llamar un sábado a las 4 de la tarde en medio de la
siesta para que arregles los servidores de tu trabajo o para que te vayas el día siguiente a Cazalla de la Sierra a venderles una instalación de 100 ordenadores.
También la tecnología promete un incremento en productividad; lo que ocurre es que, por mucho que ayuden las máquinas, y una hoja de cálculo sea capaz de consolidar las cuentas de un banco en segundos, o una base de datos lleve el inventario en tiempo real, el incremento de productividad debido a la automatización ya se llevó a cabo hace años, y se exige un incremento en productividad todos los años. Eso significa más horas de trabajo, más especialización, y, claro, más estrés.
La única contrapartida que veo a eso es que hay también cientos de métodos tecnológicos para aliviar ese mismo estrés. Desde los videojuegos, hasta los propios chats, la tecnología
ayuda a relacionarse, como dijo fernand0 , y eso sirve de tampón para el estrés.
Aunque lo que sirve, de verdad, es una buena siesta. Y tener tiempo para echarla, claro.