2004-04-12 01:00
Aviso: esto, como el título indica, es una teoría peregrina sobre el posible cambio de voto de muchos electores, al menos en algunas circunscripciones, en el día de las elecciones generales del 14 de marzo. Voy a tratar de justificar cada paso de mi razonamiento, pero puedo equivocarme, tanto en los hechos, como en las deducciones. Así que cada cual que se lo tome como vea, y que pare cuando le parezca bien. También, que cada uno lo rebata como mejor sepa. Evidentemente, si no crees, o no tienes razones para pensar, que se produjera tal cambio, es mejor que te pares aquí.
Empecemos por el principio. Supongamos que cada persona es un nodo de una red, y que las relaciones entre personas se indican como conexiones entre esos nodos. A efectos prácticos, consideraremos la persona
a conectada a
b si
a, por cualquier medio, puede saber la intenció de voto de
b.
El voto se basa en a) convicciones personales y b) intención de voto percibida de las personas; cada persona tiende a votar lo que percibe que su entorno más cercano (los nodos más cercanos) van a votar.
Por eso represento aquí varios electores (redondelitos) unidos por relaciones a un grupo pequeño. La intención de voto la represento como un color. Y ya sé que no estamos en una democracia bipartidista, pero es por simplificar.
Lo anterior es intuitivo, pero también está apoyado por el hecho de que las provincias en las que gana un partido están contiguas (salvo León). Cuando cambia el signo de las elecciones, se tiende a cambiar también simultáneamente en provincias contiguas; también generalmente, las personas que pertenecen a una red social viven en la misma provincia o a una distancia no demasiado grande. En condiciones normales, aparte de las convicciones, el voto lo determinan los
vínculos sociales fuertes, lo que represento ahí arriba: familia, compañeros de trabajo o de estudios. Los vínculos débiles de la red, es decir, personas con las cuales se encuentra uno más ocasionalmente, incluso fortalecen ese vínculo: asistencia a mítines, por ejemplo.
Sin embargo, y aquí viene la hipótesis más fuerte y discutible, las
manifestaciones del 12 de marzo, y las discusiones en foros abiertos de internet, activaron y crearon
vínculos débiles: gente que no se encuentra uno habitualmente, gente que escuchas a tu alrededor en la manifestación, pancartas, incluso políticos de todo signo vistos o conocidos en la manifestación.
En ese momento, gente que pensaba votar a uno u otro partido se mezclan (físicamente en la manifestación o virtualmente en foros de internet). Por la razón que sea, se percibe una preferencia a favor de un partido. De hecho, estos vínculos de "larga distancia" (en el sentido de la red) provocan que la "red electoral" española se convierta en una red
mundo pequeño, en vez de una red inconexa, como era anteriormente, lo cual permite la propagación de esa intención de voto de forma muy rápida.
En algunos casos, puede que esa nueva opinión se refuerce, o se siga propagando a través de la red, el día siguiente, al recibir mensajes en el móvil en contra de un partido, mensajes a veces procedentes de otra ciudad; una vez más, creación de nuevos vínculos de larga distancia, que hacen que el diámetro de la red disminuya aún más, y que, por tanto, la opinión de voto se propague de forma más eficiente. Algunos perciben que todos los nodos alrededor suyo van a votar a un partido, y o bien dejan de votar al que pensaban votar, o deciden votar al otro partido.
Hay una justificación a posteriori: el partido más votado en las provincias más despobladas fue el PP, como pone de manifiesto el hecho de que sacara más votos en el Senado (todas las provincias tienen el mismo número de senadores, independientemente de su población): no hubo tanta gente en las manifestaciones, no se recibieron mensajes en los móviles, se conoce a menos gente: la red permanece disconexa, o bien sólo se activan unas pocas conexiones a larga distancia. En las grandes poblaciones como Madrid, el cambio fue masivo, en las pequeñas,
apenas hubo cambio.
En resumen: la creación de una red pequeño mundo fue, en parte, la causante de que
un 8% cambiara su voto tras el atentado. No sé si de un uno por ciento, o de un 0.1%, pero estoy convencido de que lo que jugó un papel esencial en ese cambio fue esta red social, y no los medios de comunicación, porque, al fin y al cabo, cada uno ve los medios de comunicación que están más de acuerdo con lo que uno piensa. La comprobación definitiva sería preguntar a la gente porqué cambió su voto, o que fue lo que influyó, pero supongo que esto será casi imposible.
Fin de la especulación. Muestra de lo que puede pasar si lees libros como Nexus con demasiada atención.