2004-04-29 01:00
Como ya dije en
una historia con este mismo título, este fue el primer, y, hasta ahora, único libro que me ha mandado una editorial para reseñar. Simplemente lo hago constar, para que surta los debidos efectos; pero también porque me parece excepcional la forma como la
editorial ha enfocado la difusión del libro: mediante comunicados de prensa o ejemplares enviados a blogueros:
Reflexiones e Irreflexiones,
Arrozabanda y
Barrapunto, por ejemplo; una
búsqueda en Google arroja una mayoría de los resultados procedentes de bitácoras. Hasta si busca uno
simplemente estructuras de control, también aparece el primero, lo cual se debe, posiblemente, al mini-google-bombing realizado por las bitácoras. Posiblemente eso no demuestre nada, salvo el hecho de que una campaña bien dirigida entre las bitácoras puede aumentar el
pagerank de la página web de una novela. O de cualquier otra cosa. También se ha potenciado la novela con
un foro. En el mismo foro puedes opinar sobre la continuación de la novela.
La novela también es excepcional porque aborda un tema que, salvo en muy contadas excepciones (
La vida en las ventanas, de Andrés Neumann), no se ha abordado en una novela. Siguiendo un formato de novela río (en realidad, esta es la primera parte de lo que se anuncia como una trilogía), se narran las experiencias de dos personas, Vanesa y David, estudiantes en la universidad de Valencia desde el verano de 1994; ella, estudiante de filosofía, y el, físico con ínfulas de informático. Los personajes reflejan bastante bien la petulancia de algunos estudiantes, que generalmente piensan que saben más que su profesor, y que cuando llegan al primero se permiten el lujo de
no estar de acuerdo con la ley de la relatividad (¿la
especial o la
general?), y que ven a todos sus profesores como "casposos" o "progres" o ambas cosas.
Los personajes, y el narrador con él, se van adentrando poco a poco en la rutina universitaria y familiar, y comienzan a descubrir, poco a poco, los diferentes recovecos de la internet. Vanesa se monta un blog, (
el Slashdot de Vanesa), y David se convierte en un exitoso empresario puntocom, consiguiendo miles de visitas al día regalando programas. Mientras tanto, conocemos a los protagonistas, la universidad y el ambiente valenciano, con sus pobres pidiendo en los semáforos, sus mejillas coloradas, sus cubalitros, y sus viajes en autobús los fines de semana.
Supongo que según he empezado la historia, va a servir de poco que os la recomiende o no. Juzgad por vosotros mismos según lo que he escrito antes y hayáis encontrado por ahí. Simplemente os indico donde podéis comprarla, si os apetece:
en la Casa del Libro, por ejemplo.
Por cierto, que, según
anuncia el autor en su bitácora, Multitextos, hoy aparece una reseña del libro en Babelia, el suplemento literario de El País.