2004-05-04 01:00
Nos pongamos como nos pongamos, solo
un cuarto de la población española usa la Internet. Además, parece que ya se ha alcanzado un techo: ya casi no hay usuarios nuevos, sino que los usuarios antiguos cambian de banda estrecha a banda ancha. Al parecer, somos todos los que estamos. Y, por si fuera poco, el porcentaje es muy inferior al de otros paises europeos (alrededor del 40%), por no mencionar los Estados Unidos (alrededor del 50%).
¿Por qué sucede esto? Seguramente hay muchas razones, incluso muchas más que las que se puedan apuntar aquí: persistencia del monopolio en las conexiones locales, precios excesivos de las llamadas locales (que son las que sigue usando todo el mundo), renuencia a conectar a internet todos los puestos de trabajo. Pero posiblemente haya otras razones, y algunas en las que podamos hacer algo todos.
Posiblemente un problema serio sea la falta de contenidos. Muchos de los contenidos interesantes están en inglés, y, a veces, es difícil encontrar lo que uno desea en español. A veces el problema es solo encontrarlo: la internet en español está subrepresentada en los buscadores, y hacen falta más catálogos temáticos y locales. A veces el problema también es que el contenido no está donde se busca: lo que uno desea puede que no sea una página web, sino un grupo de Usenet, una lista de correo o un foro. Y a veces lo que sucede, simplemente, es que la gente ignora que lo que busca está en Internet.
Puede que un problema serio sea la mala imagen. Existe una especie de racismo hacia la Internet, porque la mayoría de las noticias que aparecen en los medios de comunicación de masas (u séase, la tele), son negativas: virus,
dialers, pederastas, y miles de males que lo acechan a uno a la vuelta de la esquina nada más conectarse a internet. Nuestra responsabilidad es, en lo posible, paliar esa mala imagen.
Y puede también que la gente simplemente ignore como conectarse. Como
apuntaba Algernon, todavía meterse en el ordenador es complicado. Si se miran a las estadísticas de ordenadores domésticos (por no mencionar en las empresas), hay muchos hogares con ordenador que no están conectados a Internet. Puede que algunos lo hagan porque no se lo pueden permitir, pero seguro que muchos simplemente no tienen ni idea de qué es lo que hay que hacer para conectarse.
La conclusión es que hay mucho camino por recorrer, pero que posiblemente todos y cada uno de nosotros podamos echar una mano en ese camino. Si no en dar respuestas, por lo menos en hacernos las preguntas.