2004-05-09 01:00
Aunque inicialmente
tenía ciertas ganas de pillar este libro, lo que precipitó a él fueron las recomendaciones de El Pez. Realmente, tiene toda la razón en su comentario: no es un libro de viajes, aunque la mayor parte del libro se la pasan viajando. Es un libro autobiográfico: Jack Kerouac, que se llama en la novela Sal Paradise, cuenta cómo pasó en el camino la mayor parte de los últimos años 40 y principios de los cincuenta. Pero, sobre todo, es la historia de sus amigos, y especialmente
Dean Moriarty (que al parecer era el también malogrado escritor Neal Cassady), su verdadero amigo, y su hermano, como lo llama muchas veces a lo largo del libro.
Realmente, es difícil ver como este libro se convirtió en la biblia de toda una generación. El libro tiene intensidad y sentimientos, pero no tiene ninguna ideología, aparte e que hay que vivir la vida, y tomar las cosas como vengan. Pero se puede leer en muchas direcciones: sus personajes casi siempre acaban mal; tanto
té (hierba) y alcohol hace que se metan en problema, y que pasen hambre física. En un excelente final de capítulo, el protagonista se desmaya de hambre, y es encontrado, quizás redimido, por su amigo Dean; el propio Dean no hace más que meterse en problemas, y va siendo abandonado por todos sus antiguos amigos. Los protagonistas sobreviven a base de sablazos, de pequeños robos, y de ir, como pueden, capeando el temporal.
Pero quizás eso sea solo un efecto secundario de el tema principal de la novela: la búsqueda: "Dig this", le dice continuamente Dean, el guía en la búsqueda, a Sal. "Montones de gente están haciendo cosas por todo el país", y ellos se lo están perdiendo. Sin embargo, es posible que esa búsqueda enmascare realmente la búsqueda de las raíces de los personajes: Sal admira a los nativos, a todo tipo de nativos, todo lo no-blanco, y Dean busca a su padre, un borracho que lo abandonó cuando tenía pocos años, y lo ve en cada hoguera donde se calientan los vagabundos y en cada callejón meado y vomitado.
Por eso es una novela triste,
this sad America, repite continuamente el narrador, Sal-Kerouac; por eso no es una novela de viajes, Kerouac no es
Theroux, que viaja para escribir, y nunca se ve metido en un lío del que no lo pueda sacar su dinero, Kerouac vive para viajar, y escribe para vivir. O algo así.
En fin, una novela recomendable. Puedes leer
una crítica en El MundoLibro,
una pequeña reseña y opiniones de lectores,
una reseña con citas en Aloha Criticón, y
una reseña con fotos de la ruta 66.