2004-05-10 01:00
Una de las grandes esperanzas que nos traía
GMail, era la
solución definitiva del problema del correo basura. Ni corto ni perezoso, en cuanto que tuve
mi cuenta en GMail, empecé a redireccionar todo el correo que recibo, que es en un 90% spam (o más, según el día), a ver cómo lo capeaba el susodicho.
Y lo capea mal. No es que sea un fracaso total: filtra mucho más que mis filtros manuales y por dominio, con lo cual, la mayoría de las veces, todo el pantallazo de últimos mensajes no es 100% spam, pero cuela mucho, incluso muchísimo. Y parece ser que a todo el mundo le sucede lo mismo:
Taint.org lo compara con el
SpamAssassin desfavorablemente;
Jeff Nolan dice que solo ha recibido uno, pero hay que tener en cuenta que se trata de una cuenta nueva, yo estoy redireccionando el correo de una cuenta antigua; incluso
Jeremy Zawodny nos reta a que le enviemos spam, a ver qué tal filtra.
Es una pena, porque tener muchos usuarios es una forma bastante eficaz de filtrar el correo basura. Puedes instalar dos filtros; primero, todo lo que se envíe a un porcentaje de usuarios determinado se puede etiquetar automáticamente como sospechoso; y, segundo, mensaje que sea etiquetado como spam por un usuario inmediatamente recibe la misma calificación para todos los usuarios (lo cual posiblemente dé lugar a muchos falsos positivos). Quizás el problema es que GMail tenga todavía pocos usuarios, e irá mejorando con el tiempo.
Pero también es posible que mis esperanzas de un correo libre de spam se vayan desvaneciendo. Una pena.