2004-06-01 01:00
Si algo he aprendido en los casi 40 años que llevo en este valle de lágrimas, es que las cosas rara vez son como las pintan, y que los buenos y malos existen solo en las películas de Disney (e incluso así, solo en las antiguas).
Por eso, cuando uno lee una
noticia (comentada en
Puedo prometer y prometo,
Somiatruites,
Reflexiones e irreflexiones,
Barrapunto,
retiario y
la pastilla roja) del tipo
CMT-goliat-aliado-con-las-telefónicas-malo-malísimo ataca a
un Ayuntamiento que da internet gratis, me gusta investigar un poco más sobre el tema, para sacar mis propias conclusiones. O no sacarlas, que es lo más habitual.
A ver, no es que esté en contra de que la internet sea gratis. Me parece genial que los Ayuntamientos apuesten por eso, y cuantos más ayuntamientos, mejor; y si el estado apuesta por eso, mejor todavía. De hecho, me parece bien que
todo sea gratis: el pan, el autobús, la gasofa... Pero el "café para todos" rara vez es la solución de algo, ni sirve para impulsar nada. El pan gratis es cierto que quita el hambre tanto como el pan pagado, pero generalmente hay pan gratis para quien no puede pagarlo, y pan de pago para quien puede pagarlo. Estamos en una cochina sociedad capitalista, y las cosas funcionan así.
Por eso, cuando se ofrece algo gratis, inclusive la internet (¿porqué no el teléfono, por cierto? ¿O los mensajes a móviles? Un Ayuntamiento puede comprar un millón de mensajes de móviles a una operadora de telecomunicaciones, y dárselos gratis a los vecinos...) hay que tener en cuenta varias cosas. Primero, hacerlo con todas las de la ley. Que la gente no cumpla la ley y se monte redes ciudadanas me parece genial, porque se están jugando sus cuartos y están ofreciendo un servicio de forma altruista, pero que los Ayuntamientos, que son los que deben hacer cumplir la ley (en cierto ámbito) no lo hagan, pues no está tan bien. Que la
ley es mala, vale, habrá que cambiarla, pero, por lo pronto, habrá que, por lo menos, pedir los permisos pertinentes para instalar las antenas. De todas formas, hay muchas formas de ofrecer internet gratis, sin que tenga que hacerlo el Ayuntamiento necesariamente. Por ejemplo, una financiación del coste de la tarifa de internet a la gente que efectivamente lo use; facilidades para que empresas locales usen la red metropolitana de comunicaciones, que puede estar combinado con lo anterior; facilidades a empresas para que instalen centros de proceso de datos locales, o se acelere la implantación de antenas WiFi/GPRS o, si me apuras, UMTS. En resumen, que hay muchas formas de hacer lo mismo que pueden ser simultáneamente legales, y gratuitas.
Segundo, hay que contar con la gente a la que va a dárseles. En Atarfe ya hay un operador de comunicaciones,
TV Atarfe, que no sé si es buena o mala, pero seguro que le da de comer a unas cuantas familias que pagan sus impuestos; este operador
tiene su licencia, y es, precisamente,
quien inicialmente denunció al Ayuntamiento. Incidentalmente, este operador también ofrecía Internet gratis (el primer año). De hecho, en
esta carta a Baquía, cuentan con detalle el proyecto (que se explica en mucho más detalle
en la bitácora de Alfredo Romeo), y cómo han contactado con entidades locales, y todos sus componentes. En realidad es una excelente idea, pero una excelente idea no puede partir de una base inadecuada, la implantación de una red sin los permisos pertinentes.
Tercero, habrá que ver cómo se ha hecho la instalación de las antenas, si ha habido concurso público, a qué operador de comunicaciones le compran el ancho de banda (que tendrán, evidentemente, que comprárselo a alguien), y si ha habido un estudio previo de necesidades del vecindario para ver si efectivamente los servicios de la sociedad del conocimiento que quieren son esos, o simplemente quieren que pongan ludotecas para los niños que no pueden atender sus padres por la tarde,
potenciar la línea de autobús (un servicio que solo existe desde el año pasado) o
quizás potenciar la hostelería local, con vistas a hacer senderismo por Sierra Elvira.
Pero lo peor es que creo que la medida no conseguirá lo que efectivamente se persigue, potenciar la sociedad del conocimiento. Banda ancha gratis = sociedad del conocimiento no tiene que ser necesariamente cierto. Lo único que es cierto es que la banda ancha gratis es banda ancha gratis, un mogollón de megabits por segundo que uno puede usar para lo que le dé la gana, pero que el conocimiento debe venir por otro sitio, y es totalmente externo y previo a la implantació de la banda ancha. ¿Cómo pueden perseguir como objetivo el 100% de alfabetización digital de la población, si posiblemente no haya ni siquiera ese porcentaje de alfabetización real, o sea, de leer, de la aeiou?
Lo que también he aprendido es que los enfoques indirectos suelen ser siempre los más acertados: por ejemplo, subvenciones a la creación de contenidos locales (audiovisuales, páginas web, noticias), que luego se pueden poner gratis en la web del ayuntamiento; apoyo a iniciativas de desarrollo de software y contenidos mediante facilidades de conexión, telefónica, o, incluso, exención de impuestos. Que posiblemente se están haciendo ya, pero, como he dicho, hay que empezar las cosas bien.