2004-06-02 01:00
Copensar habló el otro día de Peak Oil, un libro sobre lo que sucederá cuando se acabe el petróleo; el problema es que lo que plantea ese libro es quitar la subordinada, es decir, hablar, simplemente, de
lo que sucederá. Punto. Porque el petróleo se acaba.
Ayer precisamente leí en
el National Geographic (que podéis encontrar ahora en los kioscos) un artículo sobre el mismo tema: con una pequeña variación/aclaración: lo que se termina es el petróleo
barato, que para el caso es lo mismo. Para extraer petróleo
caro hace falta también un montón de petróleo (energía) y si no hay, no se puede echar... y si quieres más,
debido a los atentados a empresas petrolíferas en Arabia Saudita, ha subido el precio del petróleo y todo el mundo está hablando de lo mismo;
Aloriel, en su bitácora de barrapunto (por cierto, enhorabuena por su reciente editoría) cuenta que aumenta el uso de las videoconferencias... y yo, hace un añito y medio,
ya hablé de las guerras del petróleo.
Además,
Kurt Vonnegut, un novelista de ciencia ficción, ha publicado cold turkey, "síndrome de abstinencia", hablando de la adicción al petróleo, y de cómo los EE UU se están comportando como una persona como si lo tuvieran, haciendo lo irrazonable por conseguir su dosis.
Todos lo estamos haciendo, supongo. Pero, a menos que nos queramos encontrar en el mundo que se describe en
Guerra tibia, algo tendremos que hacer. El problema no va a ser el efecto invernadero, va a ser el efecto del invierno en un montón de hogares que, aunque puedan permitirse pagar calefacción, no van a tener fuel-oil con el que hacerlo funcionar.
No sé si la solución será que todos cambiemos nuestro coche actual por un
Prius y pongamos paneles solares, pero algo habrá que hacer.