2004-06-29 01:00
Hace un año y pico, la
Junta de Andalucía decidió dar subvenciones personales a todos los que decidieran adquirir equipos informáticos. Se habló bastante en su época, sobre todo porque no se subvencionaba la compra del sistema operativo. Hasta ahí, bien. Le das dinero a la gente, la gente se compra ordenadores. Se puede discutir si es la mejor forma de propagar la alfabetización informática, pero bueno, al menos se hace algo.
Sin embargo, por la información que he recibido, la subvención ha sido un absoluto desastre. Para empezar, muy pocos se han comprado un equipo nuevo. Recuerdo ver el año pasado unas estadísticas sobre aumento del parque informático en Andalucía, y compararlo con el número de subvenciones, y me dio la impresión de que, en realidad, sólo un 30% de las subvenciones habían supuesto equipos nuevos; en la mayor parte de los casos, se trató de una ampliación o actualización de equipos informáticos más o menos encubierta. Que bueno, todavía está bien, también tenemos derecho los andaluces a tener buenas máquinas; claro, que ya no se trata de alfabetizar informáticamente a la población, sino de que se realfabetice a más megahercios. Tampoco tiene la culpa la Junta de que los andaluces seamos así.
De lo que sí tiene la culpa es de tardar en pagar a las tiendas. El coste de la subvención lo asumen las tiendas, y luego tienen que solicitarlo a la Junta. La Junta, como es habitual con sus proveedores, lleva meses sin pagarlos; muchas tiendas pequeñas tienen empantanados varios millones de pelas de las antiguas con la Junta; las grandes, por supuesto, mucho más, aunque tendrán también más posibilidad de aguante. Algunas, incluso, están empezando ya a cerrar; otras no podrán aguantar el páramo vacacional.
Lo peor no es eso. Lo peor es que la gente ha dejado de comprar ordenadores. Se compraron todos los ordenadores que tenían que comprarse del tirón, y ahora no compra nadie. Los que querrían comprar, porque ya lo han hecho, y muchos, porque están esperando que salgan más subvenciones (que no van a salir). Mientras tanto, algunas tiendas que han aguantado las deudas, están siendo aplastadas por la falta de ventas. Y más tiendas cerrarán.
El infierno está empedrado por las buenas intenciones, y en este caso, algo sano y saludable, como subvencionar la compra de ordenadores, no ha resultado en lo que se pretendía, aumentar la alfabetización informática, y ha causado muchos problemas a una parte de un sector, los minoristas de informática. En fin, las cosas hay que pensárselas bien antes de hacerlas, y más si se trata de dinero público.
Nota: conste que no soy periodista, y que esto lo he tomado a partir de conversaciones personales, que pueden o no ser totalmente ciertas. No sé si hay algún artículo más completo, o si se pueden confirmar o negar los datos; agradecería cualquier dato en cualquier sentido. Lo que cuento, si no totalmente cierto, es al menos muy plausible.