2004-09-06 01:00
It's build a house where we can stay,
Add a new bit everyday.
It's build a road for us to cross,
Build us lots and lots and lots and lots.
Housemartins, Build
Al imperativo habitual de finales de agosto y principios de septiembre,
colecciona (de lo que ya hablan también
en la Oficina de Objetos Perdidos y rajan en
Velocidad de Escape), se ha añadido otro más:
construye. Antiguamente, las enciclopedias estaban compuestas de fascículos y pastas; cuando tenías suficientes, los llevabas al encuadernador y te traías los tomos tan monos, que luego dejabas en las estanterías para acumular polvo. Luego se pusieron de moda coleccionar chismes; aparte del fascículo, que lo había, también tenías un chisme al que, claro, había que buscarle sitio o dárselo a los ninios para que lo destrozaran.
Últimamente, se trata de construir cosas. Hay cosas tan bonitas como la colección de máquinas de Galileo para construir, coches de carreras, y barcos completos. Yo, la verdad, no lo entiendo: bastante trabajo (sobre todo económico) es acordarse ya de coleccionarlo todo, para que encima haya que estar esperando a la semana o mes siguiente para que te den el siguiente chirimbolo para pegarlo al anterior.
Sin embargo, no creo que todos los creativos de las cuatro o cinco empresas que sacan enciclopedias (no son más) se hayan vuelto locos de repente (aunque todo lo descarto). Las empresas que venden enciclopedias son de las que más saben de márketing del país. Saben cuántos fascículos van a comprar de en cada manzana de España de cada cosa. Si han sacado chismes para construir, es porque han detectado una tendencia.
Lo que no sabría decir es cuál es esa tendencia. ¿A tener más tiempo libre, porque el paro tiende a aumentar? ¿Simplemente, menos horas de trabajo porque disminuye la jornada? ¿Se trata de que, siendo un chisme para construir, te da más apuro dejarlo a medio terminar que quedarte con tres tomos de la enciclopedia, que ya te llenan la estantería, que es de lo que se trata? ¿El
target es diferente, posiblemente más fiel?
O quizás sea algo más profundo; a lo mejor después de los atentados del 11 de septiembre y de la guerra de Iraq, de ver tanta destrucción en la televisión, la gente, inconscientemente, tiene ganas de construir algo con sus propias manos, para compensar.
La verdad, no tengo ni idea. Eso sí, compadezco al pobre kiosquero que cada septiembre y enero se ve sepultado por cientos de cartapacios, que previamente ha tenido que descargar de la furgoneta de reparto por la mañana tempranito.