2004-09-18 01:00
Aunque a veces se ha intentado
modelizar la blogosfera como si se tratase de una colonia de hormigas, lo que realmente sí se comporta como una colonia de hormigas es la
Wikipedia.
Me explico: en las colonias de hormigas y otros animales sociales se produce el fenómeno llamado
estigmergia: colaboración a través del medio físico. Las hormigas, en general, se comunican poco entre ellas directamente: lo hacen a través de las
feromonas que sueltan en el medio, y cualquie otro tipo de objeto relacionado con la labor que están realizando: granitos de arena si están construyendo, larvas si las están ordenando, o pulgones si pastorean.
La wikipedia (y, por supuesto, cualquier wiki más o menos permanente) funciona de la misma forma: la colaboración no se hace directamente, sino a través de los artículos: alguien los empieza, el siguiente los corrige, el de más allá le añade algo... Hace
unos meses introduce
mi primer artículo en la wikipedia, a partir de una petición que había dejado en la portada. Desde entonces,
han colaborado 6 personas más en el artículo, y se le han hecho 18 cambios; ya parece un artículo de una enciclopedia de verdad.
Lo que ocurre es que tanto cambio a veces desemboca en guerra: las colonias de hormigas se quitan las miguitas o granitos de arena los unos a los otros, y acaban construyendo el hormiguero a su antojo; pero la victoria es breve: sólo dura hasta que la otra colonia de hormigas junta sus fuerzas y desembarca en él. Eso precisamente está pasando en
el artículo de Bush en la wikipedia inglesa (via
Joho the blog):
quinientos cambios en un mes: toda nueva opinión o hecho (como las historias relacionadas con su servicio en la Guardia Nacional) se ven reflejadas, eliminadas, y vueltas a reflejar en este artículo.
Las colonias de hormigas son algo vivo, y la wikipedia también lo es; por eso es a la vez una enciclopedia, con todos sus defectos (la neutralidad obligada, por ejemplo), pero también algo más, algo vivo, algo que late con las idas y venidas de una colonia de wikipedistas. En fin, que
Sísifo, afortunadamente, no está solo.