2004-10-13 01:00
Uno de los grandes problemas para la adopción del transporte público en las grandes ciudades es que, para distancias cortas (digamos, dentro de una ciudad), es más caro que montarse uno en su coche; y no digamos con la familia.
Aquí, en Granada, 10 lerus te dan un bono de 20 viajes; 0.5 lerus por viaje. Al precio que está la gasolina, y con un precio de un euro el litro, 10 kilómetros de rodada cada litro, resulta que por el precio que va una familia en el autobús, 2.5 euros, puedes recorrer aproximadamente 25 kilómetros. Eso te da para ir una tarde entera de compras, luego irte al cine, e incluso te sobra un euro si tienes que pagar un párking. Resultado: transporte privado más barato que el público.
Es bastante paradójico, pero lo mejor es que es totalmente absurdo. En la mayoría de las ciudades, el billete tiene una tarifa plana. Da igual si das una vuelta entera en el circular, que pueden ser veintitantos kms., que si te bajas en la vuelta de la esquina porque está lloviendo o simplemente porque eres un vago. De esta forma, los que viajan menos subvencionan el coste del billete de los que viajan más. Y eso también es bastante absurdo. Hoy en día todos los autobuses llevan GPS; a las empresas les gusta controlar donde está su flota. No sería más fácil que se pusiera precio al viaje dependiendo de la distancia recorrida? Que se picara una vez al subir, y otra al bajar, y se dedujera solamente el precio adecuado. Si no picas al bajar, se te cobra el trayecto completo, y punto.
Supongo que habrá alguna buena razón para no hacerlo, aparte del hecho de que hacerlo costaría esfuerzo y dinero. Pero lo que se ahorraría en dinero, por no mencionar berrinches, atascos, y demás, sería considerable.