2004-12-01 01:00
Lo más cercano a las
drogas duras que me permito disfrutar es la serie
24. Como parezco ser el único que se ha percatado del hecho de que la madrugada del lunes pasado emitieron el último episodio (
Microsiervos mencionó el principio de la temporada), habrá que explicarla.
Va de lo siguiente: algo muy gordo va a suceder en los USA, sea magnicidio, matanza masiva, o mezcla de los dos. Jack Bauer es un agente de la Unidad Antiterrorista de Los Angeles, y amiguete personal del presi de los USA (que no es Bush, es más güeno que tó eso (bueno, más o menos)), pero tiene una mujer, luego ex-mujer, luego ex-ex-mujer, mala pero más mala que los malos malasombra, y una hija.
Pongo el punto y aparte detrás de la hija, ahí presente (y
aquí, por si alguien está interesado). Se llama Kim, y asciende de corredora-despistada-que-te-pillo hasta técnica informática procesadora de flujos de datos (o algo de eso) en la tercera temporada. En la cuarta temporada, seguro que es jefa de Microsoft o algo.
Pero la gracia no es esa. La gracia es que tiene que resolver tó el fregao en 24 horas, a una hora por episodio (que en realidad, con eso de los cortes publicitarios, vienen a ser sólo unos cuarenta y pocos minutos, más difícil todavía). Y eso es lo que engancha. Porque, además, siempre dejan el final del episodio colgado, de forma que tienes que ver el siguiente, a ver si el muerto está muerto, el malo que está tratando de acercarse al bueno lo trinca o viceversa, o si finalmente muere, que siempre muere alguien, sobre todo los jefes de Bauer.
O séase, que ha estado bien, vamos. Si os lo habéis perdido, no os lo perdáis en la siguiente, aunque teniendo en cuenta que ésta la ponían a las 1 de la mañana, la reposición será a las dos o a las 3 AM. Por cierto, que hay una
bitácora de la serie. En los USA, empezará su cuarta temporada en enero.