2005-01-20 01:00
Si le hablas a alguien de web semántica seguro que le hacen los ojos chirivitas (o equivalente). Pero si le dices que añada una etiqueta, dice
ah, etiqueta, y la añade. Una, o dos, o las que hagan falta. De eso se tratan precisamente las
coleguillonomías, traducción
bastante libre de
folksonomies (cuya definición está también en la
wikipedia): de añadir etiquetas, de formato y vocabulario libre, a objetos tales como páginas web (como se hace en
Del.icio.us, mírese la
etiqueta blogalia), enlaces (como
se hace, desde hace poco, en Technorati) o imágenes (cuyo mejor ejemplo es
flickr, mírese también la etiqueta
blogalia). Y, supongo que, poco a poco, se irá etiquetando todo.
¿Sirve para algo todo esto? Para empezar, ayuda a la búsqueda, y a categorizar los recursos de una forma más o menos fácil. También tiene una cierta dimensión
social: se puede pasar fácilmente de un objeto con una etiqueta a otro con la misma etiqueta, y de ahí a la persona humana que haya puesto tal etiqueta. Similitud en etiquetas usadas puede significar similitud en intereses.
También sirve para hacer
bonitos zeitgeists gráficos, como el de Flickr, donde aparece Spain entre las etiquetas más usadas. Y Francia más.
En resumen, es un pequeño paso para la humanidad, y otro más pequeño todavía en nuestro avance hacia la web semántica (y turgente). Pero algo es algo.