2005-01-21 01:00
Lo peor que puedes hacer cuando empiezas a leer un libro es tener falsas expectativas. Estas se crean de muchas otras formas: a partir de otras cosas que has leido del
mismo autor, de lo que se
ha dicho de el libro, o de la propia personalidad del autor. Supongo que ese ha sido mi problema con este libro, y lo digo desde el principio para que nadie se lleve a engaño.
Este libro, como todos los del autor, está
disponible gratuitamente, en un montón de formatos, bájate el PDF, lo imprimes, y listo. O sea que tampoco es que te engañen, para lo que cuesta.
Y va de un chavalote, Art Berry, que se dedica al diseño de
experiencias de usuario, al que nos encontramos al principio de la novela en la azotea de un sanatorio mental. Comienzo, pues,
in media res, algo bastante convencional, que pretende crear intriga por el mecanismo de ¿qué diablos le ha pasado para que esté ahí? No lo consigue, la verdad. La trama es muy débil, y daría, todo lo más, para un cuento un tanto largo. Los personajes también tienen a ser un tanto débiles. Linda, la compañera de Art, es de cartón piedra, y Fede, su jefe-compañero, también. Y, para redondear la trama, echa mano de un
deus ex machina en la forma de un doctor.
¿Qué es, pues, lo que tiene de bueno la novela? Las ideas, supongo. Al fin y al cabo, la ciencia ficción es una literatura de ideas, y los temas en los que trabaja Art, cómo interacciona con su
Tribu, el concepto de Tribu en sí, tienen cierto interés. Algunas descripciones están muy bien, pero ciertos diálogos están fuera de contexto. Por ejemplo, cuando asiste a la terapia de grupo y les mete un rollo a sus compañeros de varias páginas. Ese y otros diálogos que no vienen a cuento hace que a la novela, a veces, le falte ritmo.
En fin, que está bien, este muchacho promete, pero yo creo que le faltan tres o cuatro novelas para cuajar. Posiblemente lo suyo sean los relatos, más que esto. Desde luego, echa uno de menos esa genialidad que se veía en las primeras novelas de Neal Stephenson o William Gibson.
Y mira que lo siento, porque este muchacho me cae muy bien. Por cierto, que el
que el lunes que viene estará en los Madriles, por si alguien quiere llevarle un PDF para que lo firme digitalmente.