2005-03-10 01:00
Casi todo el mundo piensa que eso del tiempo es un continuo, al menos hasta descender al
tiempo de Planck. Pero no es cierto. El tiempo en los seres humanos se mide en años y décadas. Llegar a una serie de hitos a lo largo de la vida provoca una discontinuidad, de la que los seres humanos salen con más o menos suerte. Uno de esos hitos son los 15 años. Otro, los 18, caray, mayoría de edad. Tantas discontinuidades en una década dejan los 20 sin nada que celebrar.
Los 30 son otra historia.
Maggie cumple 30 años en el episodio 39 de la 4ª temporada de Doctor en Alaska, y empieza a mirar al pasado, y trata de alejarse de sus fantasmas. Literalmente. Shelly le dice a Maggie:
Shelly (to Maggie): Yeah, but 30! You get crow's feet and chicken chin. Your nips start heading south and your bum turns to yogurt! (6)
El doctor Fleischman tiene también una epifanía cuando cumple 30 años; pasa de ser "el más joven de muchas cosas" a simplemente "uno más".
Cuando llegas a los 40, estadísticamente estás en el percentil 50. De una muestra de gente tomada aleatoriamente, es posible que seas más viejo que la mitad (y también más joven que la mitad, es lo que tiene la estadística). Por eso se llama
edad media. Pura estadística.
La estadística miente, claro. Y salvo que te dediques profesionalmente a la geriatría, lo más posible es que seas el más mayor en una reunión determinada (por ejemplo, en las KDDs del
bloguerío granadino). Lo cual no quiere decir nada, salvo que empiezan a llamarte dinosaurio o trilobites con más frecuencia (eso si, cariñosamente), y que las resacas te sientan peor.
Hay gente que se tiñe el pelo. Otros se compran deportivos. Otros, simplemente, dicen, po fale, po un año más.
Otros escriben en bitácoras. Y le dicen
gracias a todo el mundo que se ha acordado, y me ha felicitado en comentarios, emails, SMSs, tamtames, y demás.