2005-04-18 12:18
Los españoles tenemos una tendencia natural a ser fans de algún equipo de algo. Una de las cosas que me sorprendió cuando estuve en
una universidad americana fue el encontrarme que el grupo de españoles de allí apoyaban al equipo de fútbol americano local (los Trojans), y mantenían encendidas discusiones sobre sus posibilidades ese año.
Debe de ser algo de gregarismo, algo así como el RH deportista de la especie. Y este año, a ese RH le faltan referencias en Europa; porque parte de la gracia del tema consiste, claro está, en demostrar que somos mejores que esos muchachos bebedores de Oporto, o de Burdeos, o devoradores de Gorgonzola. Con todos nuestros equipos eliminados, hay que buscar algo a lo que apoyar. Lo bueno es que uno puede elegir: si el equipo de los amores de uno está eliminado en Europa, se coge el que le pille a uno más cerca, siempre que sea del terruño, que más vale malo conocido...
Y, en este caso, el malo conocido es la
Armada Invencible de Benítez: el Liverpool. Con una cantidad de jugadores españoles (sin chupar banquillo), que ya la quisieran para sí muchos equipos españoles. Y además, ha llegado a semifinales. Y además, se va a enfrentar a los bolcheviques de Abramovitch: el Chelsea.
Así que, este año, todos a gritar ¡"Ese Liverpul, oé, ese Liverpul, oé...."!, y a bañarse en la fuente pública o pileta más cercana en caso de que llegue a la final (de lo que no me cabe la menor duda), y venza con un gol de Morientes a pase de Xabi Alonso.