2002-10-15 07:35
Vamos a ver si me aclaro. Trataré de poner unos cuantos hechos en conjunción, a ver a dónde nos llevan.
Primero, desde los años 70, occidente empezó a ser consciente de que su estilo de vida dependía enteramente del petróleo. El coche es el exponente más claro de este estilo de vida, pero también lo es la calefacción, las centrales eléctricas que funcionan con fuel, todos los medios de transporte. También empezó a ser consciente de que el petróleo es un recurso finito, y por tanto se pusieron a ahorrar, y a desarrollar tecnologías que ahorraban petróleo, y a pensar en energías alternativas (eólica, nuclear, geotérmica), y en medios alternativos de conducción y almacenaje de energía (células de combustible). Una vez más, los coches, que son el exponente más claro, del estilo de vida, se hicieron mucho más eficientes energéticamente, y a extraer más caballos por cada gotita de petróleo (refinado) que se gastaba.
Simultáneamente, las necesidades energéticas se hicieron mayores. Los americanos no se conforman ya con un utilitario, sino con un camión al que llaman SUV, "sports utility vehicle", que tiene el tamaño y peso de una camioneta de reparto de, pongamos, yogures. Las casas tienen más aislamiento, pero también más chismes: tres o cuatro mil watios no son ya suficientes para ninguna familia; en cuanto que se tiene la vitrocerámica, el microondas, el frigorífico y la lavadora, saltaría el automático. Todo eso quiere decir que la familia media, y especialmente la familia media americana, consume en realidad más petróleo de lo que lo hacía en los años 70, como se puede ver
este gráfico y en
este (que es un poco más cutre).
Vamos ahora al turrón: durante el debate sobre la extracción de petróleo en un parque natural en Alaska, recuerdo haber visto un gráfico sobre las necesidades de petróleo de los americanos, con 3 curvas. Una, creciente, indicaba las necesidades de los americanos. Otra, que tenía un máximo pero luego descendía, indicaba las reservas actuales americanas. Otra, que mantenía ese máximo (al menos durante una temporada), indicaba qué pasaría si se empezara a taladrar Alaska. Total, sólo iban a palmarla unos cuantos renos.
Eso indica que el petróleo es una necesidad estratégica para los americanos. Evidentemente, que esto sea así tiene algo que ver con los vínculos de su presidente actual con las grandes petroleras, como Exxon. Por eso, la guerra que se nos avecina, como las anteriores, tienen su clave en el petróleo. Estados Unidos quiere asegurarse sus reservas estratégicas, y las que no puede tener por las buenas (por alianzas, por ejemplo, con los Emiratos Árabes Unidos) las tendrá por las malas.
Hablando con un conocido israelí (de origen húngaro), me comentó que la mejor inversión a medio plazo que podían hacer los israelitas es en energías alternativas, para evitar la dependencia del petróleo de occidente. Y lo cierto es que eso también disminuiría las tendencias belicistas de los americanos. Al menos hasta que tengan que pelearse por el agua.
Lo bueno de todo esto es que todos nosotros podemos hacer algo por parar la guerra: simplemente, ser conscientes de nuestras necesidades energéticas, y tratar de disminuirlas en lo posible; también tratar de apostar por las energías alternativas, a través de nuestro voto o de nuestra pertenencia a alguna asociación.