2005-05-08 10:05
Después de leer
Sync, de Strogatz, no es difícil intentar dar una explicación a los
atascos del puente de mayo, fuera de buscar culpables.
Para empezar, hay que irse un poco más atrás. Teniendo España miles, quizás millones (dependiendo de cómo lo midamos, que las cosas son fractales, ojo) de kilómetros de costa, ¿porqué casi todos los madrileños se van a veranear al Levante? Pues por una razón muy simple: es lo que pilla más cerca. Al comprar una segunda residencia de vacaciones, o escoger un sitio de vacaciones habitual, todo el mundo (o casi todos) buscan el cacho fractal de costa que quede más cerquita de la primera residencia. Optimización pura. Los de Granada van a Almuñécar, los de Toledo a Denia, los de Bilbao
a Getxo a Cantabria, y los de Sevilla a Matalascañas. Quizás no siempre se escoja el mínimo absoluto, porque muchas veces esa decisión va modificada por las decisiones de los nodos más cercanos de la red social: uno se va a veranear donde van los vecinos, o donde ya tiene un apartamento la familia. En cualquier caso, casi todo el mundo con un punto de origen determinado va a un punto de destino, o puntos, que están muy cerca.
Llega un puente, o la semana santa. Si es el puente de mayo, todo el mundo se va a su segunda residencia en la costa, que para eso la tiene. ¿Y cuándo se van? Pues cuando salen del curre, comen y se escapan. Quizás un poco más tarde. En todo caso, tratan de llegar al destino antes de cenar, porque hay que hacer las camas y barrer y airear la casa, y no es cuestión de llegar a las 12. Así que todo el mundo o sale a la vez, o trata de llegar a la misma hora.
Si todos salieran del mismo sitio, tampoco habría mucho problema. Pero es que todos salen de todos sitios: por la carretera de Valencia van los de Toledo, los de Cuenca, los de Ciudad Real... se produce la sincronización en un punto determinado. ¿Dónde? Pues posiblemente en
Atalaya del Cañabate, a 150 Kms de Madrid, donde se unen con otra vía de alta capacidad. Ahí es donde se produce la sincronización, y donde empiezan los atascos que, curiosamente, alcanzaron 200 Kms, es decir, que llegaron a este punto y lo sobrepasaron.
A la vuelta no hubo atasco, por la simple razón de que los puntos de destino son diferentes, y están más dispersos espacial y, lo que es más importante, temporalmente. Así que no hay que sorprenderse de que
no haya atascos a la vuelta. Simplemente, no se dan las mismas condiciones.
El abordar los atascos como un problema de sincronización hace que la solución consista, simplemente, en desincronizar el flujo. Pero este post es ya muy largo, así que lo dejaremos para otro.