2005-07-30 11:54
Ha pasado una temporailla desde que comenté el último libro,
La Luna es una cruel amante. No es que no haya leido, es que no he leido libros; además, este libro, que empecé hace un mes, se me ha atragantado un tanto.
Para empezar, un poco de historia. Este libro lleva en mi The Pila 16 años. Lo compré en Linz en agosto de 1989, la verdad, no recuerdo muy bien porqué. La portada, quizá. El argumento. Vaya usté a saber. El porqué lo he escogido también tiene su historia. Me lo llevé a Escocia confundiendo su autor,
Ian McDonald con
Iain Banks, un autor escocés (Ian McDonald es simplemente inglés). Y también, quizás, porque Ian McDonald fue portada de
Asimov's con
The Little Goddess, una historia que lei allí precisamente, y que no me gustó especialmente.
Después de este desvío, vamos al libro en si. A lo que más se parece es a la película
Brasil. Hasta uno de los protagonistas se llama Angelo Brasil. Una dibujante de cómics vive en una sociedad en la que, a través de una burocracia centralizada y un sistema de casts, se intenta que todo el mundo sea feliz. Courtney Hall, la prota, decide hacer un cómic satírico y empieza a ser perseguida por la Policía del Amor. Llega a un mundo subterráneo, se encuentra al rey del Mundo, Jonnathon Ammonier, y van en busca del límite del mundo; por el camino se encuentran con un par de mutantes... Simultáneamente, los Apóstoles Rabiosos hacen una serie de funciones públicas, y se encuentran con Kilimanjaro West, un menda que ha perdido la memoria y no sabe muy bien qué hace en la vida.
No, si el planteamiento está bien, y promete. Lo que ocurre es que se queda ahí, en prometer. Ian McDonald construye un mundo que es de cartón piedra, con muchos fuegos artificiales, pero que se quedan en nada. Los personajes no acaban de dibujarse, y es tan impredecible que bien podía ser una novela fantástica en vez de ciencia ficción. Al final, el clásico Deus ex Machina, que es Deus y Machina, y todos son felices y comen perdices.
Supongo que es el tipo de novela que, para empezar, sólo me he leido yo (no he encontrado ninguna página en castellano sobre el tema), y para seguir, o te parece la revelación de los 80 o un rollo patatero. Yo no llego a calificarla como lo último, pero si es cierto que no me han entrado ningunas ganas de leer otras novelas del mismo autor (aunque, quién sabe, en 16 años puede haber mejorado mucho). A
esta persona parece haberle pasado lo mismo que a mi (recuerdo haberlo empezado cuando lo compré, y ser incapaz de seguir). Sin embargo, a
Cory Doctorow le encantó, e indica que es difícil de encontrar.