2005-08-01 09:26
China no suele ser una de las preocupaciones constantes de las bitácoras; y yo tampoco he hablado mucho de ella, lo que es realmente curioso, tratándose indiscutiblemente de la segunda, o posiblemente primera, gran potencia mundial. Pero viene a pelo por una serie de artículos publicados en
Time y
National Geographic (viene más completo en
NG original) que mencionan los
baochuan, barcos tesoro.
Hace 600 años,
Zheng He se lanzó en sus baochuans a establecer rutas comerciales y lazos diplomáticos en nombre del emperador Ming, en una serie de viaje que lo llevaron desde Indonesia hasta África; aparte, como objetivo secundario, estaba el establecimiento de la riqueza y el poder del emperador al que servía.
Este mes, Fu Chengyu
ha lanzado a su compañía,
CNOOC, a conquistar la petrolera americana
Unocal, por la fuerza de la pasta, unos cuantos miles de millones de dólares, en una operación denominada, precisamente,
barco tesoro o baochuan (que parece a punto de
venirse abajo). Otras compañías chinas lo hicieron anteriormente:
Lenovo compra la división de PCs de IBM,
Haier lanza una oferta sobre Maytag, y, hace tiempo TCL compró RCA, el último fabricante de televisiones americano (que previamente había sido adquirido por Thomsom).
¿A qué viene todo este rollo? Supongo que a que una golondrina no hace un verano, pero muchos barcos tesoro hacen, bueno, una operación barco tesoro. China está tendiendo sus lazos comerciales hacia el mundo, ya no a través de los todo a 100, sino ejercitando su músculo financiero para comprar compañías cada vez más gordas y de mayor importancia estratégica. Que tampoco sé a dónde llegará, pero está claro que en unos años el mundo monopolar en el que vivimos dejará de serlo.