2005-08-08 15:27
Después de escuchar la charla de
PJorge en el
curso de redes sociales en Santiago, me acordé de
esta historia sobre ordenadores situados. PJorge hablaba sobre
móviles conscientes de la posición a través de GPS; le pregunté al final de la charla, y me dijo que en un par de años, posiblemente los móviles
normales llevaran todos GPS. De hecho, según también nos mostró, los móviles ya saben de qué torre de telefonía dependen, aunque el situar esa torre sea un poco más complicado.
Ese es sólo un ejemplo de
situación. Hoy en día, con un chisme del
Konfabulator o un applet de Gnome, puedes saber la temperatura exterior consultándola a través de Internet. Pero sería mucho más razonable que el ordenador detectara la temperatura exterior, y avisara cuando es excesiva, para evitar cuelgues y tostados de chips extemporáneos. Eso por no mencionar el nivel de iluminación, o incluso la presencia o ausencia de gente: otro de los chismes móviles que nos presentó PJorge (cuyo nombre no recuerdo).
¿De qué diablos puede servir eso de que el ordenador sepa tanto? La aplicación inmediata es la creación de etiquetas a lo que quiera que el ordenador esté haciendo: fotos, escribiendo en una bitácora, o incluso cosas serias, como, no sé, arreglar un oleoducto. O aplicaciones más lúdicas, como
vestir a un determinado avatar de forma diferente dependiendo del sitio en que uno esté, o de la temperatura que se mida.
Al fin y al cabo, se trata de hacer que el ordenador se comunique con el entorno. Con lo listos que son estos chismes, nada más que un teclado y un ratón los limita mucho. Pobrecitos.