2005-09-05 09:06
De los libros de
J. G. Ballard lo único que te puedes esperar es hallar sus obsesiones habituales, y un enfoque original. En este libro, que trata de una persona tiene un accidente y cae en un espacio entre tres autopistas, y se encuentra que no es tan fácil salir de allí, cualquier otro autor lo habría enfocado a estilo McGyver (yo con mi mecanismo convierto mi coche en un todoterreno y lo saco de ahí) o estilo Clancy (las fuerzas vivas, usando alta tecnología, lo localizan usando fotos satélite y mandan un portaaviones para rescatarlo), o incluso, no sé, Greg Bear (cavando con las manos para encontrar un hueso para zampárselo encuentra una puerta de Tannhäuser y se escapa).
Pero no, J. G. Ballard es J. G. Ballard. Lo tomas o lo dejas. Una novela suya tiene que tener edificios abandonados,
freaks diversos, y una reflexión sobre el fin de los tiempos. Y, lo más importante, el final no tiene porqué resolver nada; más que finales, son acabamientos.
Con todo y con eso, este, que también me ha prestado
Psicobyte, me ha gustado más que el último que leí,
Mundo Sumergido. Además, no se extiende mucho más que lo necesario.
Esta es
la ficha del libro en la editorial; puedes adquirirla en
la tienda CyberDark. En cuanto a las críticas, son casi unánimemente negativas:
Juanjo, de Blackshell, la describe como un fiasco;
Sueños de Celuloide la deja en redundante.