2005-10-30 20:38
En 1995, tuve la ocasión de ver el futuro. Visitando las calles vacías de
Las Vegas, NM, de repente vimos como todo el mundo salía de la iglesia católica, montaba en sus coches (principalmente pick-ups y todoterrenos), y desaparecía en breves instantes, dejando la ciudad tal como estaba, con tres turistas españoles algo despistados.
Poco antes, en 1993 o 94, vi el pasado. En Pavía, en Italia, y en
Lucca, dos ciudades toscanas, en llegando las ocho de la tarde del fin de semana, todo el mundo sale a la calle (y tómese esto en sentido estricto, es decir, una calle, posiblemente el Corso Garibaldi local) y se tira hasta bien entrada la noche calle arriba, calle abajo, haciendo lo que se suele denominar "La Passeggiata", el paseo.
Leyendo ahora "Las columnas de Hércules", de Paul Theroux, me he encontrado con que describe la misma tradición, esta vez en un pueblo más al Mezzogiorno, Bari. Y, curiosamente, paseando por
Úbeda, me he dado cuenta de que hemos llegado al futuro: se parece más a ese Las Vegas, que a Pavía. Sólo unos cuantos turistas despistados se aventuran por la calle Nueva, tradicional sede del tonteo peripatético, y/o quedan en la Plaza del Reloj. Ya sé que ahora el quedar ha sido sustituido por un vago "a tal hora nos llamamos", pero el paseo va también camino de la desaparición. Posiblemente esté pasando lo mismo en Bari y en Pavía; no he estado por allí desde entonces, y Siena en 2003 parecía más llena de turistas que de otra cosa.
Las tradiciones no son buenas ni malas: sólo reflejan el sustrato social; la desaparición de las mismas simplemente indica un cambio del sustrato. Sería absurdo que la corporación local, acompañada de alguaciles y banda de música, reinstaurara esa tradición.
Pero quizás es una tradición que está destinada a volver; Úbeda, de cabo a rabo, no tiene más de un par de kms. Creo que tiene una línea de autobús, pero llevo un buen rato en el balcón y no he visto pasar ninguno. Cuando se dé la gente cuenta que coger el coche para ir al centro le cuesta bastante más que tomarse un par de cervezas o de cafés para andar 20, o 25 minutos (difícilmente más) hasta su casa, igual se lo piensan. O no. Ya veremos.