2005-11-13 20:18
No cabe duda que lo importante es que un agente del orden, para trincar perpetradores
in fraganti, pasen totalmente desapercibidos, incluso se mezclen y se confundan con los propios delincuentes, tengan sus mismas costumbres, piensen como ellos.
Por eso el
Ayuntamiento de Granada, en un esfuerzo de imaginación, ha decidido
incorporar perros a su plantilla, con el objetivo de pasar desapercibidos a la hora de trincar a señores paseadores de ídems que no recojan, como es debido, los excrementos (vulgo forullos) de sus canes, y provoquen, por tanto, aparte de daños estéticos y malos olores, más de un escurrizón de los ciudadanos que, con el cuerpo del delito todavía fresco, acierten en pisarlo con el pie de apoyo.
No nos queda más que alabar esta iniciativa, y sugerir similares acciones para evitar otras de las lacras que afectan a esta nuestra ciudad: agentes municipales disfrazados de estudiantes universitarios bebiendo kalimotxo para evitar el botellón; agentes en coche (uno en cada uno) para evitar los atascos y, finalmente, agentes disfrazados de senegalés con una manta delante con los últimos éxitos del momento, para cuyo
acoso y derribo se dan especial maña.