Me gustaría comentar que soy fumador y estoy de acuerdo en algunos aspectos de la nueva ley (en lo que se refiere al respeto de los derechos de los no fumadores y el fomento de campañas para dejar de fumar), lo que no me gusta tanto son algunas de las consecuencias de la campaña de mediatización como, que toda la gente se crea con el derecho a opinar sobre lo que hago o dejo de hacer y lo que es aún peor, que por ser fumador te tachen poco menos de maleducado sin tener en cuenta otras consideraciones personales.
Tan maleducado es el que fuma y molesta, como el que molesta al fumador en el ejercicio natural de sus derechos.
Además me gustaría hacer incapié en estos dos puntos, especialmente utilizados en ejercicios divagatorios:
*El tabaco es aún legal, y en tanto en cuanto es legal, es legal consumirlo, por tanto el fumador sigue manteniendo todos y cada uno de los derechos como ciudadano y no pierde un ápice de su dignidad en el ejercicio del fumeteo, siempre y cuando, esta actividad LEGAL no provoque un perjuicio razonable en los demás( Sería demasiado extenso tratar sobre lo que es o no razonable y de nuevo se entraría en temas de respeto y tolerancia). Entiendo yo, que para que puedan EXIGIR dejar tal hábito (o vicio) tendrían que prohibir absolutamente el tabaco.
* Algunos dirán que costamos caros a la seguridad social y esto va en perjuicio de la sociedad, aunque pagando unos 730 Euros anuales de impuestos (con una media de 20 cigarros al día), requiero de un estudio serio que demuestre el gravamen que causamos, yo no lo veo puesto que en 10 años de fumador he podido estar enfermo 3 ó 4 veces con gripe que por otro lado es de naturaleza vírica. A esto se le puede añadir que un porcentaje importante de fumadores deja de fumar en algún punto de sus vidas y no siempre tardiamente (espero poder estar entre ellos)
Y por último, siempre tengo la misma pregunta ¿Por qué no se controlan la cantidad y calidad de los aditivos del tabaco? Creanme que se le haría un gran favor a la sociedad. Con menos sustancias adictivas, precisamente seriamos menos adictos y por tanto reduciriamos considerablemente los perjuicios que conlleva el ejercicio de echar humo por la boca.
Un saludo,
Juanlu
PD. Voy al balcón a fumarme un cigarro, a contaminar la atmósfera, mientras contemplo el humo de los coches, de las chimeneas de las casas, de las fábricas y de otros fumadores en sus balcones. Por cierto, me quedo con la opción a) que comentaba JJ que hay que ser optimista y no todos moriremos de cáncer de pulmón.
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