2006-03-16 13:29
Pocos libros carecen totalmente de ideología, pero hay en algunos que esta ideología salta a la vista. Lo que ocurre es que la vista engaña: aunque "La Guerra Interminable" de Haldeman se parece a "Tropas del Espacio", de Heinlein, la ideología que transmiten puede ser totalmente diferente.
Puertas de Fuego viene a ser como Tropas del Espacio, pero en pelotas y haciendo la guerra como se hacía en los buenos tiempos, de forma artesanal y sudando la camiseta (o la capa escarlata). Puertas de fuego trata de la batalla de las Termópilas (que significan, precisamente, lo que se indica en el título), y de las personas que allí lucharon y murieron. El narrador principal es Xeones, un
apolítico, sin polis, cuya ciudad fue destruida cuando él era un niño, y fue a parar a Esparta, porque como le enseñó su tutor, "Atenas y Corinto hacen monumentos y poesía, pero Esparta hace hombres". Perseguía la venganza de los argivos, habitantes de Argos que habían destruido su ciudad, pero el destino lo llevó a enfrentarse a los Persas en la susodicha batalla. Pasan por su vida Alexandros, del que nunca se pensó que estaba preparado para la guerra, Dienekes, del que fue escudero, uno de los luchadores más bravos de Esparta, Polínices, atleta olímpico, y Gallo, un
mestizo, que odia a todo el mundo, pero acaba encontrando su lugar en el Olimpo. También hay una historia de amor, la de Xeones por su prima Diómaca, de la que se separa al irse a Esparta, pero en la que nunca deja de pensar.
El punto de vista intenta, dentro de lo posible, ser espartano; los persas luchan por conquistar el mundo conocido (igual que lo haría el griego Alejandro un poco más tarde), los griegos (al menos los que no se han aliado con Jerjes el persa) luchan por su libertad. Algo que refleja también el cómic 300, de Frank Miller; aunque éste se queda más en lo plástico, y lo cuenta desde el punto de vista de Leónidas, uno de los dos reyes espartíatas.
El libro, al final, resulta bastante interesante, no sólo por el reflejo de la época, sino por intentar entender a los personajes en su contexto histórico. Está lleno también de un friso rico de secundarios, desde algún que otro mercader, hasta algún que otro guerrero secundario, pasando por los demás habitantes de Esparta, que acaban apareciendo casi todos. En resumen, si te gusta la narrativa histórica, o te interesa el periodo, recomendable.