2006-04-25 12:30
En mi experiencia con periodistas, y que nadie se ofenda, he llegado a la conclusión de que el único horario que respetan es el horario de cierre del periódico (aunque en lo más profundo de su corazón, supongo que todos los periodistas habrán querido decir alguna vez aquello de
'Paren las máquinas'). A uno, juntándose con periodistas, y dado que todo se pega menos lo bonico, pues le pasó lo mismo. Y las
jornadas que el jueves por la tarde tendrían que haber empezado a las 4 (y que todos los que estábamos comiendo el susodicho arroz estábamos convencidos que era a las cuatro y media) en realidad empezaron a las cinco. Y eso que ni tomamos café.
Sirva esto a modo de disculpa al público. La próxima vez pedimos que nos metan el arroz con bogavante en un bocadillo. Por cierto que, cuando llegamos, nos encontramos que ni la pantalla estaba bajada ni el proyector encendido, y que había que buscar al BOE (Bedel de Operaciones Especiales) para que ejecutara el tema.
Afortunadamente, la audiencia fue bastante entusiasta con la presentación de
rvr, de la cual podemos leer
por ejemplo, este resumen de uno de los asistentes. El resto de la tarde podía haber transcurrido sin incidentes. Si no hubiera sido por los
filósofos.