2006-06-07 17:35
No hace mucho leía en
Free Culture, de Lawrence Lessig, la historia antigua del copyright. En pocas palabras, cuenta que los impresores, hasta finales del siglo XVI, adquirían un monopolio perpetuo sobre cada libro que adquirían del autor. La
ley de Anne acabó con ese monopolio perpetuo dejándolo en unos 20 años, pero, aún así, los impresores seguían denunciando a otros que producían y vendían, a un precio mucho menor, obras que, según tal estatuto, estaban en el dominio público. Al final, se impuso la ley (y la razón), y se abolió ese monopolio perpetuo, o con un plazo excesivo, sobre obras culturales.
¿Totalmente? No. En la España del siglo XXI, unos
aguerridos defensores de la cultura todavía consiguen, de vez en cuando, amargarle la vida a alguien abusando de esos monopolios. Ayer, en la página 6 de
El Periódico de Aragón, se publica una carta titulada "Un duro golpe", de José María Ariño, de Zaragoza, donde cuenta que un grupo de su centro educativo, que había preparado la obra de teatro
Maribel y la extraña familia, de
Miguel Mihura, para la XIX muestra de Teatro Joven, de Zaragoza. Tras la representación, la susodicha asociación de defensores de la cultura les comunicó que estaban incumpliendo la Ley de Propiedad Intelectual, no se lo pierdan, porque los derechos de representación de la obra están cedidos en exclusividad a otra compañía. Y no se puede representar. Ni siquiera de forma benéfica, sin cobrar un duro, ni cubrir gastos. Nada.
Cuando no hace tanto hablábamos del
centenario de Miguel Mihura y la poca atención que se le había prestado, lo que no nos podíamos esperar es que, para alguien que tiene la habilidad y las ganas de homenajearlo de la mejor forma posible, representando esas obras, se lo prohiban taxativamente. Y a los demás, que no van a poder disfrutar de esa divertida comedia. Resulta sorprendente, además, que este tipo de cosas se hagan en teatro, cuando las compañías de teatro no son ubicuas, y, además, ya hace unos cuantos años que el pobre Miguel Mihura falleció.
En fin, señores, sigan apoyando la cultura de esa forma, a ver si así nos quedamos sin ella y nos dedicamos a otra cosa. más decente.
Por cierto, que no he encontrado la carta en la web, pero le haré una foto y la pondré por ahí. Si alguien la puede subir en un formato más decente y legible, también se lo agradezco.