2006-06-12 20:21
En
el monumento nacional el Morro, en los USA, una de las principales atracciones es, aparte del paisaje, los grafitis que dejaron diferentes culturas a lo largo del tiempo, inclusive los españoles, que se pasearon por allí en el siglo XVI. Uno de ellos me llamó la atención: con letra florida, ponía algo así como
aquí estuvo el capitán Leandro Jiménez de las Altas Torres, en el día del señor del año xx; justo debajo, un cabo chusquero siguió la conversación añadiendo, simplemente
y también el cabo Ramírez. Habla de ellas
en esta bitácora.
Será que tenemos una tendencia natural, si no a conversar, al menos a quedarnos con la última palabra, algo que no ha dejado de ocasionarme disgustos desde que estoy en el Instituto. Y ahora he traspasado esa afición, como otros muchos, al
status en Google Talk. Seguro que es algo que llevan haciendo millones, que digo millones, billones de adolescentes desde que las versiones del MSN se podían contar con los dedos de la mano: alguien pone "Estoy comiendo" y otro pone en la barra de estado "Yo estoy ayunando", y cosas así. Bueno, pues es divertido ver en la barra de statuses, o stati, o stata, o como diablos se diga el genitivo acusativo de la conjugación 2.0, los avatares virtuales de la peña diciéndose cosas. Por ejemplo,
Ark y yo peleándonos por ver quién pone la publicidad más barata en la susodicha barra de status, o el recuerdo de las letras de canciones de los 60 palante de
Epaminondas Pantulis, o esas
bonitas poesías en francés de
Anónima. En fin, que resulta divertido conectarse a ver qué se está cociendo en los caletres de esta red social pequeñita que es el Google Talk. O simplemente, provocarlos, a ver qué ocurre.