2006-08-12 19:32
Ser el primero el pedir prestado un libro de una biblioteca es un privilegio tan inaudito como encontrarse un libro bookcrosseado por casualidad; así que al ver este en la sección de novedades de la biblioteca del Salón, no pude resistirme. Además, Dashiell Hammet siempre me ha gustado, y no he leido tanto como debiera.
El libro no decepciona. Salvo la traducción, claro. No sé si en los años 60 y 70 las hacían así (o igual es que en aquella época ir un poco borracho se decía "estar chispe"), pero este libro tiene frases que chirrían por todos lados, y se pierde parte de ese diálogo preciso y chasqueante como un latigazo que caracteriza a la novela negra.
Porque, efectivamente, de eso es de lo que se trata. El protagonista, un detective de la Continental, es contratado para un trabajo no especificado en la ciudad de Personville/Poisonville, y muere a las primeras de cambio, así que el detective decide limpiar la ciudad, buscando formas de enfrentar a unas mafias con otras, y consiguiéndolo.
A la vez, la novela es una reflexión sobre el hecho de que si quieres apagar el fuego con fuego, es irremediable que te quemes, y que del cinismo a la degradación moral no hay más que un paso. Quizás no sea la mejor novela para introducirse en este género, porque le faltan algunas de las convenciones (revolcón con mujer fatal, paliza al detective cínico pero honrado), ni para comenzar con el autor (sin duda, "El Halcón Maltés"), pero, en todo caso, es una buena y sólida novela que no te decepcionará.