2006-08-24 13:42
Esto será más o menos lo que voy a contar esta tarde, en la
tertulia en Mollina sobre el mismo tema.
Para empezar, el concepto de conocimiento libre es un concepto bastante inútil. El conocimiento es algo personal, que se adquiere a base de aprendizaje. Según la
wikipedia:
...la posesión consciente de un modelo de la realidad
La cuestión es que el conocimiento no lo es hasta que alguien no lo adquiere, y, por lo mismo, no se puede
liberar. Si se pueden liberar los datos, hechos y diferentes tipos de información que pueden llevar al conocimiento.
Pero, por otro lado, los datos tampoco lo son hasta que no se convierten en conocimiento; los datos irrelevantes son ruido. La cuestión es que para adquirir conocimiento, y convertir datos en los mismos, hace falta una decisión consciente por parte de alguien, que los convierta en relevantes y los quiera incorporar a su caletre.
Los datos, la información, si puede ser libre. De hecho, es importante que sea libre: cualquier restricción en la divulgación de la misma, evita esa conversión en conocimiento que la levanta del nivel de puro ruido a la relevancia. Si no puedes reproducir un tema musical, o leer un libro, ese dato no deja de ser ruido. Ya lo
dijo Billy Joel:
There's new band in town.
But you can?t get the sound from a story in a magazine...
Aimed at your average teen.
De poco sirve que yo te diga que
Melocure es un grupo excelente de J-Pop, si no puedes, de alguna forma, escuchar su música. De hecho, si no fuera por que hay cierta libertad en buscar información, ni siquiera yo me habría enterado de que existe tal cosa.
Pero, por otro lado, hablar de conocimiento libre no añade ninguna información a ese conocimiento. ¿Es cierto? ¿Es falso? ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Es
La Mundial mejor que
Siniestro Total por el hecho de que uno sea libre y el otro no? Y, lo que es más importante, ¿me va a gustar a mí?
La cuestión es que el conocimiento, antes que libre, incluso puede que en vez de ser libre, debe tener metainformación. Metainformación que te permita primero llegar a él, y luego, asignarle una serie de valores en la escala de
me va a gustar,
me puedo fiar,
el precio es justo. Posiblemente, esta metainformación es más importante que sea libre y fácilmente accesible que el propio conocimiento, que, al fin y al cabo, es un producto entre otros muchos. De poco me sirve que la película
Silent Hill sea libre o no, si nadie me dice si es buena.
Pero, al fin y al cabo, tampoco sirve esos metadatos si no están en el contexto de una comunidad virtual. Una comunidad virtual es una red social, pero tiene valores añadidos: la posición de cada miembro de la comunidad se establece, pero no de forma consensual, sino de forma autoorganizada. Cada miembro de la comunidad tiene unos valores de
verdad y
autoridad asignados, que en parte son implícitos (por ejemplo, está claro quién
sabe más sobre móviles, sobre
astronomía, y sobre
evo-devo), pero en parte son también explícitos: ránkings, karma, enlaces entrantes, todas esas herramientas
físicas son parte de la estructura de una comunidad, y crean una estructura que a veces es sólo intuida, y otras veces explícita. Por eso sitios como
Menéame no tienen mucho sentido, salvo que sean realmente masivos (como
Digg): acaban creando su propia comunidad, y crea una jerarquía personal y semántica que acaba teniendo sentido dentro de esa misma comunidad, pero no fuera de ella.
Pero las comunidades virtuales, aunque tienen un soporte informático, existen fuera de ellas. Un sitio que se autodefine como
comunidad virtual está destinado al fracaso. Sitios como
Orkut han acabado encontrando su nicho, pero muchos de los que lo usamos inicialmente lo hemos abandonado. Las comunidades virtuales le dan sentido al conocimiento, pero el conocimiento no puede estar contenido dentro de un sitio que se autodenomine una comunidad virtual.
La blogosfera, por ejemplo, crea esa comunidad virtual, y le da sentido al conocimiento, a través de enlaces y menciones, y el contexto que las historias añaden. Una persona en la blogosfera no es un perfil, es una serie de historias, comentarios a otras historias. Te puedes fiar de él, o puedes hacer todo lo contrario: está dentro de tu comunidad virtual, y le has asignado un valor de
fiabilidad.
Por supuesto que en ese contexto tiene sentido que el conocimiento propio que se vierte en las bitácoras sea libre, aunque, en realidad, no es conocimiento (son datos, información). Además, da sentido al resto del contenido libre que existe, a base de menciones y reseñas. Algunos sitios lo hacen cada vez más fácil, mediante
microformatos, que son subconjuntos de etiquetas HTML que se adaptan para un fin particular, y se le asigna significado convencional. Algunos sitios, como
Vox, usan algo por el estilo, mientras que
Yahoo! local usa microformatos para especificar cosas como la calidad de un restaurante. Lo que, en principio, no sirve de mucho (si no es dentro de la comunidad), pero combinándolo con herramientas de redes sociales son un paso en la dirección correcta.
En resumen: conocimiento libre, no, contenido libre, todo el que se pueda, pero, si puede ser, dentro de una comunidad. Virtual o no. Mejor cuanto más real.