2006-08-25 09:37
Esta novela trata de la vuelta de la magia a la Inglaterra del siglo XIX, mediada por los dos magos que le dan título. Al principio de la novela, Mr. Norrell da pruebas de saber usar la magia ante una sociedad de
magos teóricos, y se propone usarla a la mayor grandeza de Inglaterra, después de una vida entera de trabajo. Su primer milagro es volver a la vida a Lady Pole, la futura esposa de un ministro, Sir Walter Pole (que al parecer
es una figura histórica, pero muy anterior). Pero para hacerlo pacta con un hado (o sea, el masculino de hada), y ese pacto condiciona gran parte del desarrollo de la trama.
Una trama, por cierto, de 1006 páginas, que, en mi opinión, constituyen un gran libro. Desde el principio, la autora crea una serie de tensiones que hace que la novela no deje de tener interés. Además, la cantidad de puntos de vista y el uso sabio de la elipsis hace la narración bastante ágil, lo que es imprescindible para una novela tan larga.
Los personajes son todos tremendamente complejos, y tienen sus propios conflictos. Norrell, a la vez que desea en abstracto que la magia vuelva a Inglaterra, hace todo lo posible por evitar que haya otros magos. Strange tiene más talento que Norrell, pero a la vez es más impulsivo, lo que a veces le causa problemas. Chidermass, el servidor de Norrell, es uno de los personajes más conseguidos: más cercano ideológicamente a Strange, a la vez es fiel a Norrell prácticamente hasta el final. La propia relación entre Strange y Norrell, primero de aprendizaje, después de rivalidad, tampoco deja de tener giros inesperados. Drawlight y Lascelles, los amigos y relaciones públicas de Norrell, sufren también una evolución a lo largo de la novela, como también lo hace Arabella, la esposa de Strange... en resumen, todo un friso de personajes tridimensionales y complejos. Las descripciones, en general, también transmiten una atmósfera mágica de una manera bastante hábil, usando, por ejemplo, la sinestesia. También tiene ratos de humor (por ejemplo, la participación de Strange en la guerra de la independencia de España, la Guerra Peninsular según la llaman los ingleses, donde actúa como
Tiburcio Salido, cambiando Pamplona de sitio para que apareciera como en los mapas que tenía Wellington). Y, finalmente, el uso hábil de personajes históricos como
Lord Liverpool,
Lord Wellington o
Lord Byron.
Una novela buena no sólo aporta una trama, sino un universo con una serie de reglas coherentes, con su propia historia, que condiciona su presente, y que enmarca su futuro. Eso sucede, por ejemplo, con el
New Crobuzon de Perdido Street. Esta novela hace eso: a través de la historia de John Uskglass, el Rey Cuervo, y de una serie de figuras seudohistóricas (magos escritores como Belasis, De Chepe y demás, mencionados principalmente a través de notas a pie de página), ha creado un marco donde no me extrañaría que, a partir de ahora, se desarrollaran muchas más historias. Por lo pronto, tiene anunciado un libro de cuentos para finales de este año; algunos de ellos se pueden
descargar de la página web del libro.
En resumen, un libro bastante recomendable. A
Guillermo Zapata le gusta, a pesar de su volumen; a
Xavelo le gustó bastante, pero en
solodelibros no opinan lo mismo.