2006-11-14 20:05
Como diletante profesional no pude dejar de comprar este librito, una pocholada en edición facsímil (que no faxímil), y que da una serie de consejos prácticos para que el jovenzuelo de posibles de principios del XIX se comporte como si fuera, mismamente, un blogger de principios del XXI.
Ser un erudito a la violeta consiste en quedarse con lo superficial de prácticamente todo, criticar con frases lapidarias lo que se desconozca, y usar palabros contundentes en cualquier otra ocasión, se entiendan o no. Un poco como un blogger pone enlaces a lo primero que aparece en Google cuando busca un palabro, y dice cosas como
cola larga,
zeitgeist y
folksonomía. Que no habría hecho un erudito a la violeta si tuviera aparte de rapé y grandes solapas, un portátil, WiFi y cámara de 8 megapíxels (tirando a poco).
Lo que viene a decir que es una obrita entretenida (salvo el capítulo donde se dedica a traducir a los clásicos), con un mensaje bien claro. Cadalso escribe con gracia, como el que desgrana un monólogo, con frecuentes apelaciones al lector; mantiene bien el tono irónico, e induce a veces a la carcajada. Mirad si no:
Pues qué de otra cosa, que llaman Algebra, y es una algarabía de Luzbel, con crucecitas y rayitas dobles y sencillas, y aspas y letras, y números y puntos? Despreciad su estudio
Y sobre la teología:
No sé por qué se ha escrito tanto sobre la Teología. Esta facultad trata de Dios. Dios es incomprehensible. Ergo es inútil la teología
En resumen, que es un opúsculo (toma ya palabreja a la violeta) en el que merece la pena echar un rato, y que posiblemente puedes encontrar gratuitamente en Internet, o en esta edición facksímil de la
editorial Maxtor.