2006-11-30 19:02
Dejando pasar el tiempo sufienciente, cualquier trabajo se convierte en trabajo
Ya sabéis lo de
Bartleby, el escribiente que, en un momento determinado, decide dejar de escribir. Sin razón aparente.
Seguramente también habéis visto
Big, la película en la que
Tom Hanks se hace grande tras pedirlo a una atracción de feria.
Al hacerse grande, consigue hacerse probador, y más adelante diseñador de juguetes. Imaginaros. Un niño, diseñando juguetes. La ilusión de su vida (junto con ser piloto profesional de Scalextric). ¿Qué trabajo podía ser mejor?
Sin embargo, más adelante en la peli, junto con su conversión en adulto, vemos a Tom Hanks trabajando tarde, invadido por los papeles. Yendo a reuniones. Sin tiempo de leer Spiderman. Un trabajo que se acaba convirtiendo en trabajo. Como el trabajo de Bartleby, escribir, en el que era el más eficiente y diligente. Finalmente, Bartleby dejó de escribir. Porque se dio cuenta que ya no estaba divirtiéndose, estaba trabajando.
Supongo que pasa un poco a todo el mundo. Trabajas en algo, estás ilusionado, aprendes, progresas, vas hacia delante, el dinero no es tan importante. Pero un día cruzas una línea delgada y te das cuenta de que, caray, estás
trabajando. Y es el momento de decir
preferiría no hacerlo.