2006-12-03 14:27
Ser friqui es un trabajo duro. Porque la cultura friqui no perdona. Entrar en un evento friqui sin lucir la etiqueta adecuada (camiseta de distro/escritorio/evento friqui sobre cualquiera de las anteriores/sitio friqui que trte sobre cualquiera de los enteriores; portátil con pegatinas de Debian/GNU/Ubuntu/Mercería Mari Puri (lo retro es lo nuevo friqui)) y encontrarse en una conversación sin haber visto la última temporada de Perdidos, Prison Break, Heroes, Invasion, The IT Crowd, y no sé si me dejo alguna más, es bajar automáticamente en el coeficiente de friquez varios puntos (¿o es karma?).
El problema es que el canon friqui es terriblemente extenso. El
canon occidental está más o menos establecido, y son unas cuantas decenas de libros. Puedes saber todo lo que hay que saber de la cultura occidental sin necesidad de haberte leido el penúltimo de
Unai Elorriaga:
unos pocos griegos, Tolstoi, Shakespeare, sin que falte Faulkner y listo. Hay unas pocas fuentes para el canon occidental, e incluso si quieres evitar los Hombres Blancos Muertos, y metes algo de diversidad, tampoco es tanto.
Palimp se lo ventilaría en un año.
Pero las fuentes del canon friqui son múltiples y variadas. Incluyen lo fantástico, la ciencia ficción, y a veces, simplemente lo extravagante; pero lo más importante es que no hay un
Harold Bloom que lo establezca: se establece de forma emergente en los diferentes sitios donde los freaks reconocidos (que todavía no han perdido los puntos) interaccionan.
Lo dicho, es un trabajo duro. Y lo siento, no puedo seguir que están estrenando la 17ª temporada de los Simposons en la tele y luego tengo que ver la primera temporada de Prison Break, que me la ha dejado
Fergu