2007-01-03 09:59
Humpty Dumpty sit on a wall, Humpty Dumpty fell to the floor... Y este crimen no puede quedar impune. Como no puede quedar el hecho de que los tres cerditos hiervan al lobo. O que
Rumpelstiltskin se dedique a hilar oro. Y para eso está la
Nursery Crimes Division, de traducción difícil, porque es un juego con
Nursery Rhymes, o cuentos de críos. La premisa de este libro es que los personajes de los cuentos infantiles conviven en el mundo con la gente (y también los rambosianos, unos marcianos bastante curiosos, y los personajes y dioses mitológicos), y entre ellos se producen delitos. Jack Spratt es el director de esa división en Reading, y a él se le une Mary Mary, que en realidad fue a Reading siguiendo a Friedland Chymes, un detective-estrella...
Todas las premisas de la historia son largas de contar, y no es muy divertido hacerlo. Pero el libro si lo es. Primero, por la seriedad con la que se toma absolutamente todo. El examen forense de los restos del huevo es uno de los motores de la trama, y, en general, la historia se lee como una
hard-boiled crime (lo que no deja de tener su ironía). Los personajes tienen preocupaciones reales, y problemas reales, sin embargo, viven en un mundo literalmente multicolor. Y también es divertido por la propia autoreflexión de la trama: el relato de los crímenes tiene tanta importancia como los crímenes en si, hay campeonatos de detectives, y, dado que parte de los ingresos, y casi todo el prestigio de los detectives viene de la publicación de las historias, se habla de la prohibición de artefactos narrativos tales como el
red herring y el cadáver encontrado por una persona que pasea a su perro. Además, se supone que la propia novela es un relato publicado, por lo que sigue esas reglas...
En fin, que es muy divertido. Menos surrealista y más redondo que
The Eyre Affair. Y le agradezco a
Pedro habérmelo prestado, y haberme presentado a este autor.
El libro tiene una
página web a la que se accede con una clave.