2007-02-16 11:15
Si de algo me ha convencido
el libro sobre literatura computacional que he leido recientemente, es de que los géneros tienen un ciclo. Nacen, crecen, se reproducen, se crean subgéneros, pero, en un momento determinado, perecen o se quedan en algo testimonial.
Yo ya venía oliendo a muerto en la ciencia ficción al menos
desde que participé en la mesa redonda en Valencia, pero es que cada número de
Asimov's que recibo me lo confirma. No hay más que mirar a la página de reseña de libros. En uno de los últimos, los libros eran reediciones, la biografía de
James Tiptree Jr. (muy interesante, por otra parte), y alguna que otra obra de tipo enciclopédico. Ninguno de ellos el tipo de libro en el que vas a
Amazon rápidamente para añadirlo a la lista de deseos o comprártelo directamente.
Esto lleva pasando meses. No sale ningún libro interesante en Ci-Fi desde hace años. Hay cosas interesantes en la frontera que lo une con otros géneros, pero ha desaparecido el entusiasmo.
El panorama en las historias que publican en Asimov's es también desolador. Algunas son directamente malas. Repiten muchos autores que no eran demasiado buenos, para empezar. No hay ningún nuevo Clarke, ningún nuevo Pohl, y, por supuesto, ningún nuevo Asimov. Ni calidad ni cantidad. Lo peor no es eso, es que muchas de las cosas que publican ni siquiera son ciencia ficción. Son fantasía, o ni una cosa ni otra, historias escritas por personas que solían escribir ciencia ficción (muchas de
Lucius Shepard, por ejemplo). Diablos, ni los libros que anuncian tienen aparentemente el más mínimo interés. Cosa para trekkies, para fanáticos de Star Wars, cosas así por el estilo.
Eso no quiere decir que no se publiquen cosas. Incluso que sean interesantes, como
el Star Dragon de Brotherton que comenta Carlos. Pero esas grandes obras dan la impresión de un canto del cisne, de un género (Space Opera o sci-fi hard) que han muerto hace tiempo.
A rey muerto, rey puesto. Caray, hay millones de personas escribiendo cosas interesantes. Ha llegado el año 2001, no hay estaciones espaciales ni aerotransportadores, así que a otra cosa, mariposa. Se puede leer a
Gaiman, a
Gibson (cuyo género cada vez parece menos ciencia ficción), a
Lethem, a Haruki Murakami.